"...Los mitos son el lenguaje primordial de los espíritus, que solo en imágenes y metáforas sabían expresar su emoción frente a las grandiosas formas de la realidad universal..."

MITOS GRIEGOS-HISTORIA-

Mitos griegos:

El mejor método para enfrentarse con tales interrogantes [fenómenos naturales] consiste en elaborar una respuesta estéticamente satisfactoria, respuesta que debe tener las suficientes analogías con lo que ya se conoce como para ser comprensible y plausible. La expresión elaborar es más bien gris y poco romántica. Los antiguos gustaban de considerar el proceso del descubrimiento como la inspiración de las musas o la revelación del cielo. En todo caso, fuese inspiración o revelación, o bien se tratara de la clase de actividad creadora que desemboca en el relato de leyendas, sus explicaciones dependían, en gran medida, de la analogía. El rayo, destructivo y terrorífico, sería lanzado, a fin de cuentas, como un arma, y a juzgar por el daño que causa parece como si se tratara realmente de un arma arrojadiza, de inusitada violencia. Semejante arme debe de ser lanzada por un ente proporcionado a la potencia de la misma, y por eso el trueno se transforma en el martillo de Thor, y el rayo, en la centelleante lanza de Zeus. El arma sobrenatural es manejada siempre por un hombre sobrenatural. Así nació el mito. Las fuerzas de la Naturaleza fueron personificadas y deificadas. Los mitos se interinfluyeron a lo largo de la Historia, y las sucesivas generaciones de relatores los aumentaron y corrigieron, hasta que su origen quedó oscurecido. Algunos degeneraron en agradables historietas (o en sus contrarias), en tanto que otros ganaron un contenido ético lo suficientemente importante, como para hacerlas significativas dentro de la estructura de una religión mayor. Con la mitología ocurre lo mismo que con el Arte, que puede ser pura o aplicada. Los mitos se mantuvieron por su encanto estético, o bien se emplearon para usos físicos. Por ejemplo, los primeros campesinos se sientieron muy preocupados por el fenómeno de la lluvia y por qué caía tan caprichosamente. La fertilizante lluvia representaba, obviamente, una analogía con el acto sexual, y, personificando a ambas (cielo y tierra), el hombre halló una fácil interpretación acerca del porqué llueve o no. Las diosas terrenas, o el dios del cielo, podían estar halagados u ofendidos, según las circunstancias. Una vez aceptado este mito, los campesinos encontraron una base plausible para producir la lluvia. Literalmente, aplacando, con los ritos adecuados, al dios enfurecido. Estos ritos pudieron muy bien ser de naturaleza orgiástica, en un intento de influir con el ejemplo sobre el cielo y la tierra. Los mitos griegos figuran entre los más bellos y sofisticados de nuestra herencia literaria y cultural. Pero se da el caso de que los griegos fueron también quienes, a su debido tiempo, introdujeron el camino opuesto de la observación del Universo, a saber, la contemplación de éste como impersonal e inanimado. Para los creadores de mitos, cada aspecto de la Naturaleza era esencialmente humano en su imprevisibilidad. A pesar de la fuerza y la majestad de su personificación y de los poderes que pudieran tener Zeus o Marduk, u Odin, éstos se mostraban, también como simples hombres, frívolos, caprichosos, emotivos, capaces de adoptar una conducta violenta por razones fútiles, y susceptibles a los halagos infantiles. Mientras el Universo estuviera bajo el control de unas deidades tan arbitrarias y de reacciones tan imprevisibles, no había posibilidades de comprenderlo; sólo existía la remota esperanza de aplacarlo. Pero, desde el nuevo punto de vista de los pensadores griegos más tardíos, el Universo era una máquina gobernada por leyes inflexibles. Los filósofos griegos se entregaron desde entonces al excitante ejercicio intelectual de tratar de descubrir hasta qué punto existían realmente leyes en la naturaleza.

Imaginación y creación:

La Historia de la Filosofía, de los griegos hasta nosotros es el verdadero barómetro que sopesa la evolución del pensamiento humano y aquélla los de que los grandes sistemas filosóficos no han sido más que un continuo vaivén entre, vamos a nombrarlos así, el idealismo de Platón y el pragmatismo de Aristóteles. De facto, lo que ha evolucionado es la tecnología. Los griegos ya intuyeron en aquella época lejana en que surgió la filosofía presocrática (el paso del mitos al logos) que la explicación de las cosas del universo había que buscarlas en el propio universo y no en una constelación de dioses que urdían la telaraña de la existencia humana como Parcas todopoderosas. No quiere restar esto importancia a esa primitiva forma de saber que nos legó la Mitología, en primer lugar porque nos demuestra una de las principales cualidades de todo conocimiento: la imaginación. Un pueblo como el griego, capaz de ingeniar tan maravillosos mitos y leyendas, fue el elegido para dar a conocer a la humanidad la buena nueva de la Ciencia. (Cristo Hernández)

Entre la religión y el folklore:

Todos los grupos culturales conocidos en la historia de la humanidad han desarrollado una mitología, de donde se deduce que la facultad creadora de mitos es patrimonio universal del hombre. Las mitologías, pese a sus diferencias, ocupan un lugar intermedio entre la religión y el folklore. La religión es formal, ortodoxa, ritualista, mientras que la mitología incorpora relatos de seres sobrehumanos más bien que formas de su culto. El folklore sugiere tradiciones y creencias populares que nada tienen que ver con la cosmogonía ni con otras explicaciones cósmicas. La mitología está entre los dos, de aquélla toma los relatos más impresionantes y fantásticos; de éste, un acervo de leyendas y motivos imprecisos e ideas ocultas.

Clasificación neoplatónica de los mitos:

Hay, según Salustio, varias especies de mitos: los teológicos, los físicos, los psíquicos, los materiales y los mixtos. Los mitos teológicos (usados por los filósofos) son los esencialmente "intelectuales" e "incorporales", los que consideran a los dioses en su esencia. Los mitos físicos (usados por los poetas) son los que intentan explicar el modo, o modos, como los dioses operan. Los mitos psíquicos (también usados por los poetas) explican las operaciones del alma. Los mitos materiales son los propios de las gentes sin instrucción cuando pretenden entender la naturaleza de los dioses y de mundo. Los mitos mixtos son los usados por quienes enseñan o practican ritos de iniciación. En la Antigüedad y en la Edad Media se prestó particular atención al contenido mismo de los mitos y a su poder explicativo. Desde el Renacimiento se abrío paso un problema que, aunque ya tratado en la Antigüedad, había quedado un poco a trasmano: el problema de la realidad, y, de consiguiente, el problema de la verdad, o grado de verdad, de los mitos. No pocos autores modernos se negaron a considerar los mitos como dignos de mención; la "verdadera historia", proclamaron, no tiene nada de mítico. Por eso el historiador debe depurar la historia de mitos y leyendas. Así pensaron, por ejemplo, entre otros, Voltaire y todos los "ilustrados" del siglo XVIII. Sin embargo, a medida que se intentó estudiar la historia empíricamente, se advirtió que los mitos pueden no ser "verdaderos" en lo que cuentan, pero que son "verdaderos" en otro sentido: en que cuentan algo realmente acontecido en la historia, es decir, la creencia en mitos. En otras palabras, los mitosfueron considerados como "hechos históricos": su "verdad" es una "verdad histórica". Así pensó (también) Voltaire, quien, no obstante su mitofobia, no descuidó los mitos cuando se trataba de describir el pasado histórico. (José María Valverde)

Autores modernos:

Dos autores modernos dieron gran importancia al fenómeno del mito y de los mitos: Vico y Schelling. Vico fundamentó epistemológicamente la actitud antes reseñada de que el mito es una "verdad histórica"; en efecto, el mito es para Vico un modo de pensar que tiene sus propias carcterísticas y que condiciona, o por lo menos expresa, ciertas formas de vida humana básicas. Vico identificó el modo de pensar mítico con el modo de pensar "poético" (Scieza Nuova, VI). Schelling estimó que la mitología es una forma de pensamiento que representa uno de los modos como se revela el Absoluto en el proceso histórico: el mito es, por tanto, revelación divina (Philosophie der Mythologie, passim). En la época contemporánea ha prevalecido el estudio del mito como elemento posible, y, en todo caso, ilustrativo de la historia humana, o de ciertas formas o fases de la historia de una comunidad humana. Desde este punto de vista, y como lo veremos luego en autores como Ernst Cassirer, un mito puede ser algo así como un "supuesto cultural". No importa entonces que el mito sea "fabricado" y que el "contenido" -generalmente, en forma narrativa- de un mito sea "falso", esto es, no corresponda a nada que haya efectivamente sucedido. esta concepción del mito no está muy alejada de la de varios autores modernos antes mencionados -y muy distintos entre sí-, como Voltaire o Vico. No se puede contraponer ni siquiera, sin embargo, la "verdad histórica" del mito -o el "mito como realidad histórica"- a su verdad "real". Históricamente hablando, es real todo lo que ha sucedido en una comunidad humana o, por lo menos, todo lo que contribuye a entender las estructuras sociales y culturales de esta comunidad. Por lo tanto, los mitos son "reales" en tanto que "históricamente reales". Ouede hablarse de mito en general, esto es, de un concepto de "mito", o bien de diversas especies de mitos. Si se hace lo último, puede llegarse a la conclusión de que todos los mitos tienen algo en común o bien de que es necesario distinguir entre las diversas especies aludidas. En este último caso, se distingue entre mitos religiosos, mitos poéticos, mitos culturales, etc.


Primeros intentos de abandono del mito:

El concepto de la historia alcanzó su madurez en la obra de Vico y de Herder. Cuando el hombre empezó a darse cuenta del problema del tiempo, cuando ya no se hallaba confinado en el estrecho círculo de sus deseos y necesidades inmediatas, cuando comenzó a inquirir el origen de las cosas, no pudo encontrar más que un origen mítico y no histórico. Para comprender el mundo, tanto el físico como el social, tuvo que proyectarlo sobre el pasado mítico. En el mito es donde encontramos los primeros ensayos para establecer un orden cronológico de las cosas y los acontecimientos, para ofrecer una cosmología y una genealogía de dioses y hombres. Esta cosmología y genealogía no significa una distinción histórica en sentido propio. El pasado, el presente y el futuro se hallan todavía fundidos; forman una unidad indiferenciada y un todo indiscriminado. El tiempo mítico no posee una estructura definida; sigue siendo un "tiempo eterno". Desde el punto de vista de la conciencia mítica, el pasado nunca es pasado; se halla siempre "aquí" y "ahora". Cuando el hombre comienza a levantar el intrincado velo de la imaginación mítica se siente transportado a un mundo nuevo; comienza a formar otro concepto de la verdad. Podemos seguir las diversas etapas de este proceso al estudiar el desarrollo del pensamiento histórico griego desde Herodoto a Tucídides. Tucídides es el primer pensador que ve y describe la historia de su propio tiempo y que mira hacia el pasado con una mente clara y crítica y se da perfecta cuenta del hecho de que esto significa un paso nuevo y decisivo. Se ha convencido de que el discernimiento entre el pensamiento mítico y el histórico, entre la leyenda y la verdad, constituye el rasgo característico que convertirá su obra en un "logro perdurable". (E.Cassirer) Alrededor del año 700 a. de C., gran parte de los mitos griegos fueron plasmados por escrito por Homero y Hesíodo. Con esto se creó una nueva situación. Al tener escritos los mitos, se hizo posible discutirlos. Los primeros filósofos griegos criticaron la mitología de Homero sólo porque los dioses se parecían mucho a los seres humanos y porque eran igual de egoístas y de poco fiar que nosotros. Por primera vez se dijo que quizás los mitos no fueran más que imaginaciones humanas. Encontramos un ejemplo de esta crítica de los mitos en el filósofo Jenófanes, que nació en el 570 a. de C. «Los seres humanos se han creado dioses a su propia imagen», decía. «Creen que los dioses han nacido y que tienen cuerpo, vestidos e idioma como nosotros. Los negros piensan que los dioses son negros y chatos, los tracios los imaginan rubios y con ojos azules. ¡Incluso si los bueyes, caballos y leones hubiesen sabido pintar, habrían representado dioses con aspecto de bueyes, caballos y leones!» (Jostein Gaarder)

Primeros pasos en la evolución de la religión según E.B.Taylor (1871):

Para el hombre primitivo la naturaleza entera -el sol, la luna y las estrellas, el aire, el fuego y el agua, los animales, los vegetales y los minerales- estaban igualmente dotada de alma. El salvaje creía ver en todo cuanto se le aparecía como activo o incluso enemigo en su mundo, una esencia humana como la suya propia; personificaba a la naturaleza. El sol, con sus rayos bienhechores, el fuego que devoraba a su alrededor como un ave de presa, el rayo que mata al hombre, todos estos fenómenos naturales eran, para el hombre primitivo, personalidades dotadas de inteligencia y voluntad, personalidades vivas como él mismo, personalidades, además, todopoderosas, es decir, dioses. Taylor vio en el animismo el primer eslabón hacia las religiones, y en la personificación de los fenómenos naturales, las primeras divinidades de los hombres. Cuando un hombre natural dejaba de hallar en sus propias posibilidades una solución a sus problemas, buscaba la alianza de una parte de la naturaleza -un animal, una planta o un objeto inerte- en cuya fuerza tenía especial confianza. (Wendt)

Singularidades y hábitos comunes de los pueblos:

El conjunto de los hábitos de un pueblo lleva siempre la marca de un estilo; ellos forman sistemas. Estoy convencido de que esos sistemas no existen en número ilimitado y de que las sociedades humanas, así como los individuos, nunca crean -en sus juegos, sus sueños o sus delirios- de manera absoluta, sino que se limitan a escoger ciertas combinaciones en un repertorio ideal que sería posible reconstruir. Haciendo el inventario de todos los hábitos observados, de todos los imaginados en los mitos, y también de los evocados en los juegos de niños y adultos, en los sueños de los individuos sanos o enfermos y en las conductas piscopatológicas, se llegaría a diseñar una especie de cuadro periódico como el de los elementos químicos, donde todas las costumbres reales o simplemente posibles aparecerían agrupadas en familias y donde no tendríamos más que reconocer aquellas que las sociedades han adoptado efectivamente. (Claude Lévi-Strauss, Tistes Trópicos)

jueves, 13 de mayo de 2010

Hola a todos. Este correo es para invitarlos a echar una mirada al blog de MITOLOGÍA GRIEGA.

Aun no esta terminado, ya que reunir todo el material existente sobre mitologia seria un trabajo arduo y extenuante y requerira de mucho mas tiempo. De todas manera el blog ya ha tomado forma y creo que para quienes les guste la cultura griega, sera apasionante recorrer la pagina.


Un saludo a todos.

Marcos

miércoles, 5 de mayo de 2010

EL MITO DE DÁNAE.

Los padres de Dánae son el rey de Argos Acrisio y Eurídice. Acrisio recibió un oráculo en el que se le anunciaba que el hijo de su hija lo mataría.

Para evadir el oráculo, Acrisio decidió encerrar a su hija en una cámara subterránea de bronce con una guardia constante. Sin embargo, el oráculo debía cumplirse y Dánae quedó embarazada. Hay versiones que dicen que Zeus llegó a la cámara en forma de lluvia de oro y sedujo a Dánae. Otras versiones apuntan que fue el tío de la joven Preto.
Cuando Acrisio supo lo que había ocurrido, se negó a creer la historia de origen divino, por lo que decidió encerrar a Dánae con el bebé en un cofre y lanzarlos al mar. Pero Zeus los protegió y llegaron a salvo a la isla de Séfiros.
Dictis, el hermano del tirano Polidectes le dio refugio a la joven madre y a su hijo. Polidectes se enamoró de Dánae y por eso quizo alejar a Perseo, por lo que lo envió en busca de la cabeza de Medusa.
Mientras Perseo andaba cumpliendo con sus hazañas, Polidectes intentó conquistar a Dánae. Como Dánae no aceptaba la amenazaba terriblemente y también maltrataba a Dictis, su propio hermano quien había cuidado de Perseo como si fuera su hijo y deseaba defender a Dánae de los deseos pasionales de Polidectes.
Cuando Perseo regresó con la cabeza de la Medusa, encontró a su madre y a Dictis rogando por piedad ante Polidectes. Comprendió todolo que había ocurrido, y mediante la cabeza de Medusaconvirtió al tirano y a sus servidores en piedra.
Después de que Dictis quedara como rey de la isla, Dánae y su hijo Perseo partieron para Argos, donde Dánae regresó a su madre Eurídice y Perseo fue en busca de Acrisio, a quien tal y como el oráculo lo había predicho, mató sin querer.
En otra variante del mito, Dánae es presentada por Dictis ante Polidectes, quien se casa con ella y cría a Perseo como su propio hijo.

EL MITO DE EUROPA.

Europa era hija de Agenor y Telefasa, aunque a veces se dice que era hija de Fénix y por lo tanto nieta de Agenor.
Europa jugaba con sus compañeras en la playa de Sidón o a veces Tiro donde reinaba su padre, cuando Zeus la divisó y quedó maravillado por su belleza, por lo que se prendó de ella.
Como Zeus sabía que Europa podía rechazarlo si se le presentaba naturalmente, se transformó en un hermoso toro blanco que tenía cuernos parecido al creciente lunar, y fue a rendirse a los pies de la bellísima doncella.
Primero, la joven se asustó, pero luego fue tomando confianza. Primero opta por acariciar en el lomo al maravilloso animal y decide por último montar en su espalda. Zeus que esperaba esta acción de Europa, inmediatamente se levantó y partió hacia el mar.
Europa gritaba y se aferraba con fuerza a los curvados cuernos, pero Zeus no se detuvo, se adentró en la olas y se alejó de tierra, hasta llegar a Creta. Los hermanos y la madre de Europa salieron en su búsqueda desesperados y por orden de su padre, pero no dieron con ella.
En Gortina, Zeus logra su cometido y se une con Europa cerca de una fuente y uns plátanos que bendecidos por haber presenciado el divino acto de amor nunca más volvieron a perder sus hojas.
De esta unión nacieron tres hijos: Minos, Sarpedón y Radamantis. Además, se cree que fue la madre de Carno, amado de Apolo, y Dodón.
Pero Zeus no podía quedarse con su bella Europa, por lo que para recompensarla le da tres regalos. El primero es Talo el autómata, que era de bronce y cuidaba las costas de Creta contra los desembarcos extranjeros. El otro fue un perro que nunca fallaba en la cacería y siempre lograba atrapar a sus presas. Por último, le entregó una sorprendente jabalina que siempre y sin excepción acertaba en el blanco elegido.
Adicionalmente, y para recompensarla por completo, Zeus logró que Europa contrajera matrimonio con Asterión, quien al no tener hijos, adoptó a los de Zeus.
Cuando Europa murió le fueron concedidos los honores divinos y el toro que había sido la forma en que Zeus había amado a Europa fue convertido en constelación e incluido en los signos del zodíaco.
Por otro lado, se conocen otras heroínas con este nombre. Una es la hija de Ticio que tuvo a Eufemo depués de unirse con Poseidón (dios del mar). Otra es una de las Oceánides, hijas de Tetis y Océano. También, la madre de Níobe, esposa de Foroneo se llamaba Europa. Y por último, la hija del Nilo y una de las esposas de Dánao.

EL MITO DE LAS HARPÍAS.

Las Harpías, también conocidas como Raptoras son hijas de Taumante (hijo de Gea, la Tierra y Ponto, el Mar) y la océanide Electra (compañera de Perséfone, hija de Océano y Tetis), y pertenecen a la generación divina preolímpica.

Estos genios alados suelen ser dos: Aelo, también llamada Nicótoe, y Ocípete. A veces se incluye una tercera, Celeno. Sus nombres corresponden a su naturaleza, pues el primer nombre significa Borrasca, el segundo Vuela-rápido y el tercero Oscura, es decir como una nube tormentosa.
Su representación más común es de mujeres aladas o aves con cabeza femenina y garras afiladas. Se piensa que vivían en las islas Estrofíades, en el mar Egeo. Pero, el poeta Virgilio las situó en las puertas de los Infiernos con los demás monstruos.
Las Harpías raptan niños y almas. Era costumbre utilizar su imagen sobre las tumbas simulando el rapto del alma.
Su leyenda más conocida es la del rey Fineo. Cuentan que sobre él pesaba la maldición de que todo lo que tenía enfrente se lo arrebataban las Harpías, en especial los alimentos. Todo aquello que no se pudieran llevar lo ensuciaban con sus excrementos. Cuando los Argonautas llegaron, el rey les pidió que lo liberaran de las Harpías. Así Zetes y Calais las persiguieron hasta que las obligaron a huir volando.
Por su parte, el Destino quería que ellas murieran a manos de los hijos de Bóreas (el Viento Norte), quienes iban con los Argonautas, y si no las alcanzaban, los que debían morir eran ellos. Durante la persecución, la primera cayó en el río del Peloponeso, que se siguió llamando Harpis, y la segunda logró llegar a las islas Equínades, que se llamaron desde entonces, Estrofíades o Islas del Regreso. Pero Hermes (el mensajero de los dioses) acudió en su ayuda y prohibió la muerte de las Harpías, pues eran servidoras de Zeus.
A cambio del perdón que recibieron, ellas prometieron dejar en paz al rey Fineo y se escondieron en una caverna en Creta. Según otra versión, los hijos de Bóreas habían muerto persiguiendo a las Harpías. Además las Harpías aparecen en diversos mitos o leyendas, que cuentan siempre cómo se robaban a los niños o a las jovenes.
Se decía que de la unión de ellas con el dios-viento Céfiro, engendraron a varios caballos: Janto y Balio, los dos caballos divinos de Aquiles (el héroe de Troya) que eran tan rápidos como el viento; y Flógeo y Hárpago, caballos de los Dioscuros (Cástor y Pólux, gemelos divinos).

EL MITO DE APOLO Y DAPHENE

Apolo, gran cazador, quiso matar a la temible serpiente Pitón que se escondía en el monte Párnaso.

Habiéndola herido con sus flechas, la siguió, moribunda, en su huída hacía el templo de Delfos. Allí acabó con ella mediante varios disparos de sus flechas.
Delfos era un lugar sagrado donde se pronunciaban los oráculos de la Madre Tierra. Hasta los dioses consultaban el oráculo y se sientieron ofendidos de que allí se hubiera cometido un asesinato. Querían que Apolo reparase de algún modo lo que había hecho, pero Apolo reclamó Delfos para sí. Se apoderó del oráculo y fundo unos juegos anuales que debían celebrarse en un gran anfiteatro, en la colina que había junto al templo.
Orgulloso Apolo de la victoria conseguida sobre la serpiente Pitón, se atrevió a burlarse del dios Eros por llevar arco y flechas siendo tan niño:
- ¿Qué haces, joven afeminado -le dijo-, con esas armas? Sólo mis hombros son dignos de llevarlas. Acabo de matar a la serpiente Pitón, cuyo enorme cuerpo cubría muchas yugadas de tierra. Confórmate con que tus flechas hieran a gente enamoradiza y no quieras competir conmigo.
Irritado, Eros se vengó disparándole una flecha, que le hizo enamorarse locamente de la ninfa Daphne, hija de la Tierra y del río Ladón o del río tesalio Peneo, mientras a ésta le disparó otra flecha que le hizo odiar el amor y especialmente el de Apolo.
Apolo la persiguió y cuando iba a darle alcance, Daphne pidió ayuda a su padre, el río, el cual la transformó en laurel. En otras versiones, Daphne pide ayuda a su madre Gea. La metamorfosis de Daphne ha sido magistralmente descrita por Ovidio:
"Apenas había concluido la súplica, cuando todos los miembros se le entorpecen: sus entrañas se cubren de una tierna corteza, los cabellos se convierten en hojas, los brazos en ramas, los pies, que eran antes tan ligeros, se transforman en retorcidas raíces, ocupa finalmente el rostro la altura y sólo queda en ella la belleza".
Este nuevo árbol es, no obstante, el objeto del amor de Apolo, y puesta su mano derecha en el tronco, advierte que aún palpita el corazón de su amada dentro de la nueva corteza, y abrazando las ramas como miembros de su cariño, besa aquél árbol que parece rechazar sus besos. Por último le dice:
- Pues veo que ya no puedes ser mi esposa, al menos serás un árbol consagrado a mi deidad. Mis cabellos, mi lira y aljaba se adornarán de laureles. Tú ceñirás las sienes de los alegres capitanes cuando el alborozo publique su triunfo y suban al capitolio con los despojos que hayan ganado a sus enemigos. Serás fidelísima guardia de las puertas de los emperadores, cubriendo con tus ramas la encina que está en medio, y así como mis cabellos se conservan en su estado juvenil, tus hojas permanecerán siempre verdes.
Existe otra versión del mito en la que Daphne es hija de Amiclas. Gran amante de la caza y de las montañas lejanas a las ciudades, es la preferida de Artemisa. Leucipo, hijo del rey de Élide, Enómao, estaba enamorada de ella, por lo que se vistió de mujer para poder acercársele. Así disfrazado se convirtió en su compañero inseparable, hasta que Apolo, celoso, inspiró a Daphne y sus compañeras el deseo de bañarse en una fuente.
Leucipo se negó pero sus ellas le obligaron a desnudarse, descubriendo así su engaño. Furiosas, se lanzaron sobre él, pero los dioses lo volvieron invisible. Entonces, Apolo se precipitó para atrapar a Daphne pero ella consiguió escapar y le rogó a Zeus que la convirtiera en laurel, que es el significado de Daphne en griego.


Simbología: Apolo era el Dios de la música y de las artes. La lira de siete cuerdas era el instrumento particular de Apolo; la corona de laurel, tradicionalmente se colocaba en la cabeza de músicos y poetas.

A Dafne ya los brazos le crecían, y en luengos ramos vueltos se mostraban; en verdes hojas ví que se tornaban, los cabellos que al oro oscurecían. De áspera corteza se cubrían los tiernos miembros, que aún balbuciendo estaban; los blancos pies en la tierra se incaban y en torcidas raíces se volvían Aquel que fue la causa de tal daño, a fuerza que llorar, crecer hacía el árbol que con lágrimas regaba. ¡Oh miserable estado, oh mal tamaño! Que con lloralla cresca cada día la causa y la razón por qué lloraba.
Garcilaso De La Vega.

EL MITO DE GALATEA Y POLIFEMO.

En la mitología griega hay dos leyendas protagonizadas por dos Galateas diferentes. La más conocida y la que nos va a interesar en esta oportunidad es la de Galatea y Polifemo.

Galatea era hija de Nereo (hijo de Ponto y Gea) y de una divinidad marina siciliana. La joven era muy hermosa y totalmente blanca y habitaba en el mar calmo. Polifemo, el cíclope (hijo de Poseidón y de la ninfa Toosa, monstruo gigante con un sólo ojo) estaba muy enamorado de Galatea, pero ella no le correspondía.
El corazón de Galatea pertenecía al bello Acis, hijo del dios Pan (dios de los pastores y rebaños) y una ninfa. Una vez que los amantes se encontraban descansando a la orilla del mar, Polifemo los descubrió. Acis intentó huir, pero el furioso monstruo le lanzó una enorme roca y lo aplastó.
Galatea muy triste, acudió a la naturaleza de su madre Toosa y lo convirtió en un río de límpidas aguas que llevó su mismo nombre.
Según algunas versiones, después Galatea estuvo con Polifemo y de esta unión nacieron Gálata, Celto e Ilirio, epónimos de los pueblos de los gálatas, los celtas, y los ilirios respectivamente.
En otras tradiciones, Galatea pertenecía en cuerpo, alma y corazón al imponente Polifemo, pero Acis se enamoró de ella. Cuando el cíclope descubrió tal cosa, celoso y encolerizado intentó matarlo lanzándole unas rocas, pero antes de que lo pudieran alcanzar, Acis se transformó en río y así evitó la tragedia.

EL MITO DE FEDRA

Fedra es hija de Minos (rey de Creta) y Pacifae (hija de Helio, madre del minotauro), y hermana de Ariadna (ayuda a Teseo a matar el minotauro).

Deucalión (hermano de Fedra y rey de Creta) decide que su hermana contraerá matrimonio con Teseo (rey de Atenas), quien según algunas versiones ya estaba casado con una amazona (Antíope, Hipólita), a quien aparentemente había raptado. El día de la boda entre Teseo y Fedra se produjo una guerra con las amazonas, y éstas perdieron.
El motivo de la guerra varía según la versión, pues hay quienes creen que la guerra era producto del rescate que las amazonas iban a hacer de Hipolita, secuestrada vilmente por Teseo. Otros opinan que más bien ellas atacaban para resarcir a Hipólita, quien había sido repudiada por Teseo al casarse con Fedra.
El ataque ocurre el mismo día de la boda entre Fedra y Teseo, y Hipólita muere. Según algunos lucha contra las amazonas y sólo al morir ella Teseo decide casarse con Fedra, y para otros, los atenienses logran defender a su rey y matar a Hipólita. Incluso, hay quienes siguen una tradición oscura que indica como Teseo mismo inmolaba a Hipólita para cumplir con un oráculo.
Hipólita y Teseo habían tenido un hijo llamado Hipólito. El joven era hermoso y casto y Fedra sin poder vitarlo se enamoró de él perdidamente. Hipólito debido a su castidad y al respeto por su padre rechaza a Fedra, pues una relación entre ellos habría sido incestuosa, ya que ella era la esposa de su padre y él habría tenido que profanar el lecho paterno.
Fedra entonces empieza a preocuparse porque Teseo, su esposo nunca se llegue a enterar de su secreto amor y cree que Hipólito es capaz de contarle en un acto de fidelidad y honestidad. Para evitarlo y así conservar su honra, Fedra hace creer a Teseo que Hipolito había tratado de ultrajarla.
El padre llevado por la cólera, manda a desterrar a su hijo y pide a Poseidón su muerte. Hipólito cumple los designios de Poseidón y muere arrastrado por sus caballos.
Entonces Fedra, abrumada por la culpa decide suicidarse y se ahorca. El gran trágico Eurípides se encargó de mostrar dos versiones de esta tragedia de la que se conserva una y es la fuente más conocida para el mito. De acuerdo con eata tragedia, Fedra se quita la vida antes de que Hipolito muera dejándo una carta que evidenciaba supuestamente la culpa de Hipolito, ante lo cual el padre xige castigo y luego el joven muere perdonandoa su padre, quien al final descubre la verdad.