"...Los mitos son el lenguaje primordial de los espíritus, que solo en imágenes y metáforas sabían expresar su emoción frente a las grandiosas formas de la realidad universal..."

MITOS GRIEGOS-HISTORIA-

Mitos griegos:

El mejor método para enfrentarse con tales interrogantes [fenómenos naturales] consiste en elaborar una respuesta estéticamente satisfactoria, respuesta que debe tener las suficientes analogías con lo que ya se conoce como para ser comprensible y plausible. La expresión elaborar es más bien gris y poco romántica. Los antiguos gustaban de considerar el proceso del descubrimiento como la inspiración de las musas o la revelación del cielo. En todo caso, fuese inspiración o revelación, o bien se tratara de la clase de actividad creadora que desemboca en el relato de leyendas, sus explicaciones dependían, en gran medida, de la analogía. El rayo, destructivo y terrorífico, sería lanzado, a fin de cuentas, como un arma, y a juzgar por el daño que causa parece como si se tratara realmente de un arma arrojadiza, de inusitada violencia. Semejante arme debe de ser lanzada por un ente proporcionado a la potencia de la misma, y por eso el trueno se transforma en el martillo de Thor, y el rayo, en la centelleante lanza de Zeus. El arma sobrenatural es manejada siempre por un hombre sobrenatural. Así nació el mito. Las fuerzas de la Naturaleza fueron personificadas y deificadas. Los mitos se interinfluyeron a lo largo de la Historia, y las sucesivas generaciones de relatores los aumentaron y corrigieron, hasta que su origen quedó oscurecido. Algunos degeneraron en agradables historietas (o en sus contrarias), en tanto que otros ganaron un contenido ético lo suficientemente importante, como para hacerlas significativas dentro de la estructura de una religión mayor. Con la mitología ocurre lo mismo que con el Arte, que puede ser pura o aplicada. Los mitos se mantuvieron por su encanto estético, o bien se emplearon para usos físicos. Por ejemplo, los primeros campesinos se sientieron muy preocupados por el fenómeno de la lluvia y por qué caía tan caprichosamente. La fertilizante lluvia representaba, obviamente, una analogía con el acto sexual, y, personificando a ambas (cielo y tierra), el hombre halló una fácil interpretación acerca del porqué llueve o no. Las diosas terrenas, o el dios del cielo, podían estar halagados u ofendidos, según las circunstancias. Una vez aceptado este mito, los campesinos encontraron una base plausible para producir la lluvia. Literalmente, aplacando, con los ritos adecuados, al dios enfurecido. Estos ritos pudieron muy bien ser de naturaleza orgiástica, en un intento de influir con el ejemplo sobre el cielo y la tierra. Los mitos griegos figuran entre los más bellos y sofisticados de nuestra herencia literaria y cultural. Pero se da el caso de que los griegos fueron también quienes, a su debido tiempo, introdujeron el camino opuesto de la observación del Universo, a saber, la contemplación de éste como impersonal e inanimado. Para los creadores de mitos, cada aspecto de la Naturaleza era esencialmente humano en su imprevisibilidad. A pesar de la fuerza y la majestad de su personificación y de los poderes que pudieran tener Zeus o Marduk, u Odin, éstos se mostraban, también como simples hombres, frívolos, caprichosos, emotivos, capaces de adoptar una conducta violenta por razones fútiles, y susceptibles a los halagos infantiles. Mientras el Universo estuviera bajo el control de unas deidades tan arbitrarias y de reacciones tan imprevisibles, no había posibilidades de comprenderlo; sólo existía la remota esperanza de aplacarlo. Pero, desde el nuevo punto de vista de los pensadores griegos más tardíos, el Universo era una máquina gobernada por leyes inflexibles. Los filósofos griegos se entregaron desde entonces al excitante ejercicio intelectual de tratar de descubrir hasta qué punto existían realmente leyes en la naturaleza.

Imaginación y creación:

La Historia de la Filosofía, de los griegos hasta nosotros es el verdadero barómetro que sopesa la evolución del pensamiento humano y aquélla los de que los grandes sistemas filosóficos no han sido más que un continuo vaivén entre, vamos a nombrarlos así, el idealismo de Platón y el pragmatismo de Aristóteles. De facto, lo que ha evolucionado es la tecnología. Los griegos ya intuyeron en aquella época lejana en que surgió la filosofía presocrática (el paso del mitos al logos) que la explicación de las cosas del universo había que buscarlas en el propio universo y no en una constelación de dioses que urdían la telaraña de la existencia humana como Parcas todopoderosas. No quiere restar esto importancia a esa primitiva forma de saber que nos legó la Mitología, en primer lugar porque nos demuestra una de las principales cualidades de todo conocimiento: la imaginación. Un pueblo como el griego, capaz de ingeniar tan maravillosos mitos y leyendas, fue el elegido para dar a conocer a la humanidad la buena nueva de la Ciencia. (Cristo Hernández)

Entre la religión y el folklore:

Todos los grupos culturales conocidos en la historia de la humanidad han desarrollado una mitología, de donde se deduce que la facultad creadora de mitos es patrimonio universal del hombre. Las mitologías, pese a sus diferencias, ocupan un lugar intermedio entre la religión y el folklore. La religión es formal, ortodoxa, ritualista, mientras que la mitología incorpora relatos de seres sobrehumanos más bien que formas de su culto. El folklore sugiere tradiciones y creencias populares que nada tienen que ver con la cosmogonía ni con otras explicaciones cósmicas. La mitología está entre los dos, de aquélla toma los relatos más impresionantes y fantásticos; de éste, un acervo de leyendas y motivos imprecisos e ideas ocultas.

Clasificación neoplatónica de los mitos:

Hay, según Salustio, varias especies de mitos: los teológicos, los físicos, los psíquicos, los materiales y los mixtos. Los mitos teológicos (usados por los filósofos) son los esencialmente "intelectuales" e "incorporales", los que consideran a los dioses en su esencia. Los mitos físicos (usados por los poetas) son los que intentan explicar el modo, o modos, como los dioses operan. Los mitos psíquicos (también usados por los poetas) explican las operaciones del alma. Los mitos materiales son los propios de las gentes sin instrucción cuando pretenden entender la naturaleza de los dioses y de mundo. Los mitos mixtos son los usados por quienes enseñan o practican ritos de iniciación. En la Antigüedad y en la Edad Media se prestó particular atención al contenido mismo de los mitos y a su poder explicativo. Desde el Renacimiento se abrío paso un problema que, aunque ya tratado en la Antigüedad, había quedado un poco a trasmano: el problema de la realidad, y, de consiguiente, el problema de la verdad, o grado de verdad, de los mitos. No pocos autores modernos se negaron a considerar los mitos como dignos de mención; la "verdadera historia", proclamaron, no tiene nada de mítico. Por eso el historiador debe depurar la historia de mitos y leyendas. Así pensaron, por ejemplo, entre otros, Voltaire y todos los "ilustrados" del siglo XVIII. Sin embargo, a medida que se intentó estudiar la historia empíricamente, se advirtió que los mitos pueden no ser "verdaderos" en lo que cuentan, pero que son "verdaderos" en otro sentido: en que cuentan algo realmente acontecido en la historia, es decir, la creencia en mitos. En otras palabras, los mitosfueron considerados como "hechos históricos": su "verdad" es una "verdad histórica". Así pensó (también) Voltaire, quien, no obstante su mitofobia, no descuidó los mitos cuando se trataba de describir el pasado histórico. (José María Valverde)

Autores modernos:

Dos autores modernos dieron gran importancia al fenómeno del mito y de los mitos: Vico y Schelling. Vico fundamentó epistemológicamente la actitud antes reseñada de que el mito es una "verdad histórica"; en efecto, el mito es para Vico un modo de pensar que tiene sus propias carcterísticas y que condiciona, o por lo menos expresa, ciertas formas de vida humana básicas. Vico identificó el modo de pensar mítico con el modo de pensar "poético" (Scieza Nuova, VI). Schelling estimó que la mitología es una forma de pensamiento que representa uno de los modos como se revela el Absoluto en el proceso histórico: el mito es, por tanto, revelación divina (Philosophie der Mythologie, passim). En la época contemporánea ha prevalecido el estudio del mito como elemento posible, y, en todo caso, ilustrativo de la historia humana, o de ciertas formas o fases de la historia de una comunidad humana. Desde este punto de vista, y como lo veremos luego en autores como Ernst Cassirer, un mito puede ser algo así como un "supuesto cultural". No importa entonces que el mito sea "fabricado" y que el "contenido" -generalmente, en forma narrativa- de un mito sea "falso", esto es, no corresponda a nada que haya efectivamente sucedido. esta concepción del mito no está muy alejada de la de varios autores modernos antes mencionados -y muy distintos entre sí-, como Voltaire o Vico. No se puede contraponer ni siquiera, sin embargo, la "verdad histórica" del mito -o el "mito como realidad histórica"- a su verdad "real". Históricamente hablando, es real todo lo que ha sucedido en una comunidad humana o, por lo menos, todo lo que contribuye a entender las estructuras sociales y culturales de esta comunidad. Por lo tanto, los mitos son "reales" en tanto que "históricamente reales". Ouede hablarse de mito en general, esto es, de un concepto de "mito", o bien de diversas especies de mitos. Si se hace lo último, puede llegarse a la conclusión de que todos los mitos tienen algo en común o bien de que es necesario distinguir entre las diversas especies aludidas. En este último caso, se distingue entre mitos religiosos, mitos poéticos, mitos culturales, etc.


Primeros intentos de abandono del mito:

El concepto de la historia alcanzó su madurez en la obra de Vico y de Herder. Cuando el hombre empezó a darse cuenta del problema del tiempo, cuando ya no se hallaba confinado en el estrecho círculo de sus deseos y necesidades inmediatas, cuando comenzó a inquirir el origen de las cosas, no pudo encontrar más que un origen mítico y no histórico. Para comprender el mundo, tanto el físico como el social, tuvo que proyectarlo sobre el pasado mítico. En el mito es donde encontramos los primeros ensayos para establecer un orden cronológico de las cosas y los acontecimientos, para ofrecer una cosmología y una genealogía de dioses y hombres. Esta cosmología y genealogía no significa una distinción histórica en sentido propio. El pasado, el presente y el futuro se hallan todavía fundidos; forman una unidad indiferenciada y un todo indiscriminado. El tiempo mítico no posee una estructura definida; sigue siendo un "tiempo eterno". Desde el punto de vista de la conciencia mítica, el pasado nunca es pasado; se halla siempre "aquí" y "ahora". Cuando el hombre comienza a levantar el intrincado velo de la imaginación mítica se siente transportado a un mundo nuevo; comienza a formar otro concepto de la verdad. Podemos seguir las diversas etapas de este proceso al estudiar el desarrollo del pensamiento histórico griego desde Herodoto a Tucídides. Tucídides es el primer pensador que ve y describe la historia de su propio tiempo y que mira hacia el pasado con una mente clara y crítica y se da perfecta cuenta del hecho de que esto significa un paso nuevo y decisivo. Se ha convencido de que el discernimiento entre el pensamiento mítico y el histórico, entre la leyenda y la verdad, constituye el rasgo característico que convertirá su obra en un "logro perdurable". (E.Cassirer) Alrededor del año 700 a. de C., gran parte de los mitos griegos fueron plasmados por escrito por Homero y Hesíodo. Con esto se creó una nueva situación. Al tener escritos los mitos, se hizo posible discutirlos. Los primeros filósofos griegos criticaron la mitología de Homero sólo porque los dioses se parecían mucho a los seres humanos y porque eran igual de egoístas y de poco fiar que nosotros. Por primera vez se dijo que quizás los mitos no fueran más que imaginaciones humanas. Encontramos un ejemplo de esta crítica de los mitos en el filósofo Jenófanes, que nació en el 570 a. de C. «Los seres humanos se han creado dioses a su propia imagen», decía. «Creen que los dioses han nacido y que tienen cuerpo, vestidos e idioma como nosotros. Los negros piensan que los dioses son negros y chatos, los tracios los imaginan rubios y con ojos azules. ¡Incluso si los bueyes, caballos y leones hubiesen sabido pintar, habrían representado dioses con aspecto de bueyes, caballos y leones!» (Jostein Gaarder)

Primeros pasos en la evolución de la religión según E.B.Taylor (1871):

Para el hombre primitivo la naturaleza entera -el sol, la luna y las estrellas, el aire, el fuego y el agua, los animales, los vegetales y los minerales- estaban igualmente dotada de alma. El salvaje creía ver en todo cuanto se le aparecía como activo o incluso enemigo en su mundo, una esencia humana como la suya propia; personificaba a la naturaleza. El sol, con sus rayos bienhechores, el fuego que devoraba a su alrededor como un ave de presa, el rayo que mata al hombre, todos estos fenómenos naturales eran, para el hombre primitivo, personalidades dotadas de inteligencia y voluntad, personalidades vivas como él mismo, personalidades, además, todopoderosas, es decir, dioses. Taylor vio en el animismo el primer eslabón hacia las religiones, y en la personificación de los fenómenos naturales, las primeras divinidades de los hombres. Cuando un hombre natural dejaba de hallar en sus propias posibilidades una solución a sus problemas, buscaba la alianza de una parte de la naturaleza -un animal, una planta o un objeto inerte- en cuya fuerza tenía especial confianza. (Wendt)

Singularidades y hábitos comunes de los pueblos:

El conjunto de los hábitos de un pueblo lleva siempre la marca de un estilo; ellos forman sistemas. Estoy convencido de que esos sistemas no existen en número ilimitado y de que las sociedades humanas, así como los individuos, nunca crean -en sus juegos, sus sueños o sus delirios- de manera absoluta, sino que se limitan a escoger ciertas combinaciones en un repertorio ideal que sería posible reconstruir. Haciendo el inventario de todos los hábitos observados, de todos los imaginados en los mitos, y también de los evocados en los juegos de niños y adultos, en los sueños de los individuos sanos o enfermos y en las conductas piscopatológicas, se llegaría a diseñar una especie de cuadro periódico como el de los elementos químicos, donde todas las costumbres reales o simplemente posibles aparecerían agrupadas en familias y donde no tendríamos más que reconocer aquellas que las sociedades han adoptado efectivamente. (Claude Lévi-Strauss, Tistes Trópicos)

jueves, 13 de mayo de 2010

Hola a todos. Este correo es para invitarlos a echar una mirada al blog de MITOLOGÍA GRIEGA.

Aun no esta terminado, ya que reunir todo el material existente sobre mitologia seria un trabajo arduo y extenuante y requerira de mucho mas tiempo. De todas manera el blog ya ha tomado forma y creo que para quienes les guste la cultura griega, sera apasionante recorrer la pagina.


Un saludo a todos.

Marcos

miércoles, 5 de mayo de 2010

EL MITO DE DÁNAE.

Los padres de Dánae son el rey de Argos Acrisio y Eurídice. Acrisio recibió un oráculo en el que se le anunciaba que el hijo de su hija lo mataría.

Para evadir el oráculo, Acrisio decidió encerrar a su hija en una cámara subterránea de bronce con una guardia constante. Sin embargo, el oráculo debía cumplirse y Dánae quedó embarazada. Hay versiones que dicen que Zeus llegó a la cámara en forma de lluvia de oro y sedujo a Dánae. Otras versiones apuntan que fue el tío de la joven Preto.
Cuando Acrisio supo lo que había ocurrido, se negó a creer la historia de origen divino, por lo que decidió encerrar a Dánae con el bebé en un cofre y lanzarlos al mar. Pero Zeus los protegió y llegaron a salvo a la isla de Séfiros.
Dictis, el hermano del tirano Polidectes le dio refugio a la joven madre y a su hijo. Polidectes se enamoró de Dánae y por eso quizo alejar a Perseo, por lo que lo envió en busca de la cabeza de Medusa.
Mientras Perseo andaba cumpliendo con sus hazañas, Polidectes intentó conquistar a Dánae. Como Dánae no aceptaba la amenazaba terriblemente y también maltrataba a Dictis, su propio hermano quien había cuidado de Perseo como si fuera su hijo y deseaba defender a Dánae de los deseos pasionales de Polidectes.
Cuando Perseo regresó con la cabeza de la Medusa, encontró a su madre y a Dictis rogando por piedad ante Polidectes. Comprendió todolo que había ocurrido, y mediante la cabeza de Medusaconvirtió al tirano y a sus servidores en piedra.
Después de que Dictis quedara como rey de la isla, Dánae y su hijo Perseo partieron para Argos, donde Dánae regresó a su madre Eurídice y Perseo fue en busca de Acrisio, a quien tal y como el oráculo lo había predicho, mató sin querer.
En otra variante del mito, Dánae es presentada por Dictis ante Polidectes, quien se casa con ella y cría a Perseo como su propio hijo.

EL MITO DE EUROPA.

Europa era hija de Agenor y Telefasa, aunque a veces se dice que era hija de Fénix y por lo tanto nieta de Agenor.
Europa jugaba con sus compañeras en la playa de Sidón o a veces Tiro donde reinaba su padre, cuando Zeus la divisó y quedó maravillado por su belleza, por lo que se prendó de ella.
Como Zeus sabía que Europa podía rechazarlo si se le presentaba naturalmente, se transformó en un hermoso toro blanco que tenía cuernos parecido al creciente lunar, y fue a rendirse a los pies de la bellísima doncella.
Primero, la joven se asustó, pero luego fue tomando confianza. Primero opta por acariciar en el lomo al maravilloso animal y decide por último montar en su espalda. Zeus que esperaba esta acción de Europa, inmediatamente se levantó y partió hacia el mar.
Europa gritaba y se aferraba con fuerza a los curvados cuernos, pero Zeus no se detuvo, se adentró en la olas y se alejó de tierra, hasta llegar a Creta. Los hermanos y la madre de Europa salieron en su búsqueda desesperados y por orden de su padre, pero no dieron con ella.
En Gortina, Zeus logra su cometido y se une con Europa cerca de una fuente y uns plátanos que bendecidos por haber presenciado el divino acto de amor nunca más volvieron a perder sus hojas.
De esta unión nacieron tres hijos: Minos, Sarpedón y Radamantis. Además, se cree que fue la madre de Carno, amado de Apolo, y Dodón.
Pero Zeus no podía quedarse con su bella Europa, por lo que para recompensarla le da tres regalos. El primero es Talo el autómata, que era de bronce y cuidaba las costas de Creta contra los desembarcos extranjeros. El otro fue un perro que nunca fallaba en la cacería y siempre lograba atrapar a sus presas. Por último, le entregó una sorprendente jabalina que siempre y sin excepción acertaba en el blanco elegido.
Adicionalmente, y para recompensarla por completo, Zeus logró que Europa contrajera matrimonio con Asterión, quien al no tener hijos, adoptó a los de Zeus.
Cuando Europa murió le fueron concedidos los honores divinos y el toro que había sido la forma en que Zeus había amado a Europa fue convertido en constelación e incluido en los signos del zodíaco.
Por otro lado, se conocen otras heroínas con este nombre. Una es la hija de Ticio que tuvo a Eufemo depués de unirse con Poseidón (dios del mar). Otra es una de las Oceánides, hijas de Tetis y Océano. También, la madre de Níobe, esposa de Foroneo se llamaba Europa. Y por último, la hija del Nilo y una de las esposas de Dánao.

EL MITO DE LAS HARPÍAS.

Las Harpías, también conocidas como Raptoras son hijas de Taumante (hijo de Gea, la Tierra y Ponto, el Mar) y la océanide Electra (compañera de Perséfone, hija de Océano y Tetis), y pertenecen a la generación divina preolímpica.

Estos genios alados suelen ser dos: Aelo, también llamada Nicótoe, y Ocípete. A veces se incluye una tercera, Celeno. Sus nombres corresponden a su naturaleza, pues el primer nombre significa Borrasca, el segundo Vuela-rápido y el tercero Oscura, es decir como una nube tormentosa.
Su representación más común es de mujeres aladas o aves con cabeza femenina y garras afiladas. Se piensa que vivían en las islas Estrofíades, en el mar Egeo. Pero, el poeta Virgilio las situó en las puertas de los Infiernos con los demás monstruos.
Las Harpías raptan niños y almas. Era costumbre utilizar su imagen sobre las tumbas simulando el rapto del alma.
Su leyenda más conocida es la del rey Fineo. Cuentan que sobre él pesaba la maldición de que todo lo que tenía enfrente se lo arrebataban las Harpías, en especial los alimentos. Todo aquello que no se pudieran llevar lo ensuciaban con sus excrementos. Cuando los Argonautas llegaron, el rey les pidió que lo liberaran de las Harpías. Así Zetes y Calais las persiguieron hasta que las obligaron a huir volando.
Por su parte, el Destino quería que ellas murieran a manos de los hijos de Bóreas (el Viento Norte), quienes iban con los Argonautas, y si no las alcanzaban, los que debían morir eran ellos. Durante la persecución, la primera cayó en el río del Peloponeso, que se siguió llamando Harpis, y la segunda logró llegar a las islas Equínades, que se llamaron desde entonces, Estrofíades o Islas del Regreso. Pero Hermes (el mensajero de los dioses) acudió en su ayuda y prohibió la muerte de las Harpías, pues eran servidoras de Zeus.
A cambio del perdón que recibieron, ellas prometieron dejar en paz al rey Fineo y se escondieron en una caverna en Creta. Según otra versión, los hijos de Bóreas habían muerto persiguiendo a las Harpías. Además las Harpías aparecen en diversos mitos o leyendas, que cuentan siempre cómo se robaban a los niños o a las jovenes.
Se decía que de la unión de ellas con el dios-viento Céfiro, engendraron a varios caballos: Janto y Balio, los dos caballos divinos de Aquiles (el héroe de Troya) que eran tan rápidos como el viento; y Flógeo y Hárpago, caballos de los Dioscuros (Cástor y Pólux, gemelos divinos).

EL MITO DE APOLO Y DAPHENE

Apolo, gran cazador, quiso matar a la temible serpiente Pitón que se escondía en el monte Párnaso.

Habiéndola herido con sus flechas, la siguió, moribunda, en su huída hacía el templo de Delfos. Allí acabó con ella mediante varios disparos de sus flechas.
Delfos era un lugar sagrado donde se pronunciaban los oráculos de la Madre Tierra. Hasta los dioses consultaban el oráculo y se sientieron ofendidos de que allí se hubiera cometido un asesinato. Querían que Apolo reparase de algún modo lo que había hecho, pero Apolo reclamó Delfos para sí. Se apoderó del oráculo y fundo unos juegos anuales que debían celebrarse en un gran anfiteatro, en la colina que había junto al templo.
Orgulloso Apolo de la victoria conseguida sobre la serpiente Pitón, se atrevió a burlarse del dios Eros por llevar arco y flechas siendo tan niño:
- ¿Qué haces, joven afeminado -le dijo-, con esas armas? Sólo mis hombros son dignos de llevarlas. Acabo de matar a la serpiente Pitón, cuyo enorme cuerpo cubría muchas yugadas de tierra. Confórmate con que tus flechas hieran a gente enamoradiza y no quieras competir conmigo.
Irritado, Eros se vengó disparándole una flecha, que le hizo enamorarse locamente de la ninfa Daphne, hija de la Tierra y del río Ladón o del río tesalio Peneo, mientras a ésta le disparó otra flecha que le hizo odiar el amor y especialmente el de Apolo.
Apolo la persiguió y cuando iba a darle alcance, Daphne pidió ayuda a su padre, el río, el cual la transformó en laurel. En otras versiones, Daphne pide ayuda a su madre Gea. La metamorfosis de Daphne ha sido magistralmente descrita por Ovidio:
"Apenas había concluido la súplica, cuando todos los miembros se le entorpecen: sus entrañas se cubren de una tierna corteza, los cabellos se convierten en hojas, los brazos en ramas, los pies, que eran antes tan ligeros, se transforman en retorcidas raíces, ocupa finalmente el rostro la altura y sólo queda en ella la belleza".
Este nuevo árbol es, no obstante, el objeto del amor de Apolo, y puesta su mano derecha en el tronco, advierte que aún palpita el corazón de su amada dentro de la nueva corteza, y abrazando las ramas como miembros de su cariño, besa aquél árbol que parece rechazar sus besos. Por último le dice:
- Pues veo que ya no puedes ser mi esposa, al menos serás un árbol consagrado a mi deidad. Mis cabellos, mi lira y aljaba se adornarán de laureles. Tú ceñirás las sienes de los alegres capitanes cuando el alborozo publique su triunfo y suban al capitolio con los despojos que hayan ganado a sus enemigos. Serás fidelísima guardia de las puertas de los emperadores, cubriendo con tus ramas la encina que está en medio, y así como mis cabellos se conservan en su estado juvenil, tus hojas permanecerán siempre verdes.
Existe otra versión del mito en la que Daphne es hija de Amiclas. Gran amante de la caza y de las montañas lejanas a las ciudades, es la preferida de Artemisa. Leucipo, hijo del rey de Élide, Enómao, estaba enamorada de ella, por lo que se vistió de mujer para poder acercársele. Así disfrazado se convirtió en su compañero inseparable, hasta que Apolo, celoso, inspiró a Daphne y sus compañeras el deseo de bañarse en una fuente.
Leucipo se negó pero sus ellas le obligaron a desnudarse, descubriendo así su engaño. Furiosas, se lanzaron sobre él, pero los dioses lo volvieron invisible. Entonces, Apolo se precipitó para atrapar a Daphne pero ella consiguió escapar y le rogó a Zeus que la convirtiera en laurel, que es el significado de Daphne en griego.


Simbología: Apolo era el Dios de la música y de las artes. La lira de siete cuerdas era el instrumento particular de Apolo; la corona de laurel, tradicionalmente se colocaba en la cabeza de músicos y poetas.

A Dafne ya los brazos le crecían, y en luengos ramos vueltos se mostraban; en verdes hojas ví que se tornaban, los cabellos que al oro oscurecían. De áspera corteza se cubrían los tiernos miembros, que aún balbuciendo estaban; los blancos pies en la tierra se incaban y en torcidas raíces se volvían Aquel que fue la causa de tal daño, a fuerza que llorar, crecer hacía el árbol que con lágrimas regaba. ¡Oh miserable estado, oh mal tamaño! Que con lloralla cresca cada día la causa y la razón por qué lloraba.
Garcilaso De La Vega.

EL MITO DE GALATEA Y POLIFEMO.

En la mitología griega hay dos leyendas protagonizadas por dos Galateas diferentes. La más conocida y la que nos va a interesar en esta oportunidad es la de Galatea y Polifemo.

Galatea era hija de Nereo (hijo de Ponto y Gea) y de una divinidad marina siciliana. La joven era muy hermosa y totalmente blanca y habitaba en el mar calmo. Polifemo, el cíclope (hijo de Poseidón y de la ninfa Toosa, monstruo gigante con un sólo ojo) estaba muy enamorado de Galatea, pero ella no le correspondía.
El corazón de Galatea pertenecía al bello Acis, hijo del dios Pan (dios de los pastores y rebaños) y una ninfa. Una vez que los amantes se encontraban descansando a la orilla del mar, Polifemo los descubrió. Acis intentó huir, pero el furioso monstruo le lanzó una enorme roca y lo aplastó.
Galatea muy triste, acudió a la naturaleza de su madre Toosa y lo convirtió en un río de límpidas aguas que llevó su mismo nombre.
Según algunas versiones, después Galatea estuvo con Polifemo y de esta unión nacieron Gálata, Celto e Ilirio, epónimos de los pueblos de los gálatas, los celtas, y los ilirios respectivamente.
En otras tradiciones, Galatea pertenecía en cuerpo, alma y corazón al imponente Polifemo, pero Acis se enamoró de ella. Cuando el cíclope descubrió tal cosa, celoso y encolerizado intentó matarlo lanzándole unas rocas, pero antes de que lo pudieran alcanzar, Acis se transformó en río y así evitó la tragedia.

EL MITO DE FEDRA

Fedra es hija de Minos (rey de Creta) y Pacifae (hija de Helio, madre del minotauro), y hermana de Ariadna (ayuda a Teseo a matar el minotauro).

Deucalión (hermano de Fedra y rey de Creta) decide que su hermana contraerá matrimonio con Teseo (rey de Atenas), quien según algunas versiones ya estaba casado con una amazona (Antíope, Hipólita), a quien aparentemente había raptado. El día de la boda entre Teseo y Fedra se produjo una guerra con las amazonas, y éstas perdieron.
El motivo de la guerra varía según la versión, pues hay quienes creen que la guerra era producto del rescate que las amazonas iban a hacer de Hipolita, secuestrada vilmente por Teseo. Otros opinan que más bien ellas atacaban para resarcir a Hipólita, quien había sido repudiada por Teseo al casarse con Fedra.
El ataque ocurre el mismo día de la boda entre Fedra y Teseo, y Hipólita muere. Según algunos lucha contra las amazonas y sólo al morir ella Teseo decide casarse con Fedra, y para otros, los atenienses logran defender a su rey y matar a Hipólita. Incluso, hay quienes siguen una tradición oscura que indica como Teseo mismo inmolaba a Hipólita para cumplir con un oráculo.
Hipólita y Teseo habían tenido un hijo llamado Hipólito. El joven era hermoso y casto y Fedra sin poder vitarlo se enamoró de él perdidamente. Hipólito debido a su castidad y al respeto por su padre rechaza a Fedra, pues una relación entre ellos habría sido incestuosa, ya que ella era la esposa de su padre y él habría tenido que profanar el lecho paterno.
Fedra entonces empieza a preocuparse porque Teseo, su esposo nunca se llegue a enterar de su secreto amor y cree que Hipólito es capaz de contarle en un acto de fidelidad y honestidad. Para evitarlo y así conservar su honra, Fedra hace creer a Teseo que Hipolito había tratado de ultrajarla.
El padre llevado por la cólera, manda a desterrar a su hijo y pide a Poseidón su muerte. Hipólito cumple los designios de Poseidón y muere arrastrado por sus caballos.
Entonces Fedra, abrumada por la culpa decide suicidarse y se ahorca. El gran trágico Eurípides se encargó de mostrar dos versiones de esta tragedia de la que se conserva una y es la fuente más conocida para el mito. De acuerdo con eata tragedia, Fedra se quita la vida antes de que Hipolito muera dejándo una carta que evidenciaba supuestamente la culpa de Hipolito, ante lo cual el padre xige castigo y luego el joven muere perdonandoa su padre, quien al final descubre la verdad.

EL MITO DE PALAS ATENEA.

Palas Atenea es la diosa de la sabiduría y se le conoce en la mitología latina como Minerva.

Sus padres son Zeus y Metis. Ésta estaba ambarazada, cuando Zeus se la comió aconsejado por Gea y Urano, pues le habían indicado que su segundo hijo sería varón y lo destronaría.
Pero, Zeus quería tener a su hija, por lo que le pide a Hefesto (el divino cojo, dios del fuego) que le abra la cabeza, de donde nació la joven Atenea totalmente armada.
Así, esta diosa se caracteriza por ser guerrera. Mató a los gigantes Palante y Encélado. Siempre apoyó a los aqueos, en oposición a los troyanos, ya que uno de ellos Paris, quien se había negado a considerarla la diosa más hermosa, y había elegido a Afrodita.
Entre sus protegidos se cuentan héroes como Heracles (Hércules), Odiseo (Ulises), y Aquiles. Además, por ser también diosa de la actividad inteligente protege a las tejedoras, hilanderas, y bordadoras. Y es también identificada como diosa de las artes, de la literatura y de la filosofía.
Sus atributos más conocidos son la lanza, el casco y la égida. Su escudo llevaba empotrada la cabeza de Medusa, la Gorgona; que tornaba en piedra todo lo que mirara. Su animal favorito era la lechuza, debido a que es un símbolo de sabiduría y razón, y la planta favorita era el olivo.
El nombre Palas, es un nombre ritual que se le agrega por la diosa antigua que supuestamente la crió, la cual se llamaba Palas. Atenea la mató accidentalmente y para enmendar el error construyó una estatua llamada Palaidos, que fue una divinidad adorada por los Troyanos.
Atenea no se relacionó con hombre o dios conocido, y se mantuvo virgen. Sin embargo, tuvo un hijo, lo que ocurrió de la siguiente forma. La diosa visitó a Hefesto, para procurarse armas. Hefesto estaba despechado porque Afrodita lo había abandonado por Ares, y cuando vio a Atenea se enamoró de ella y quiso hacerla suya.
La diosa huyó, sin embargo Hefesto le dio alcance y la cogió en sus brazos. Atenea se resistio y no permitió que él la poseyera, pero el dios con un deseo y una pasión incontrolables, mojó la pierna de Atenea con su semen. Ella asqueada se limpió y tiró la toalla al suelo. La tierra fecundada dio a luz a Erictonio a quien Atenea crió y educó como su propio y único hijo.

EL MITO DE ORESTES.

Orestes era el único hijo del rey Agamenón de Micenas y de su esposa Clitemnestra. Sus hermanas eran Ifigenia, Electra y Crisotemis. Cuando su madre y su amante Egisto mataron a Agamenón (ver Agamenón y Electra), Electra se llevó al pequeño Orestes para ponerlo a salvo y enviarlo a Focis, donde creció en la corte del rey Estrofio, cuyo hijo Pilades se convirtió en su mejor amigo. Existe otra versión distinta, que asegura que Orestes llegó a Focis diez años antes, cuando su padre partió hacia Troya.

Años después de la muerte de Agamenón, Orestes regresó a Micenas y vengó a su padre siguiendo las órdenes de Apolo.
Algunos autores como Hornero, Esquilo, Sófocles y Eurípides dan distintas versiones de lo sucedido después. Se cree que después de consultar a Electra, Orestes mató a Clitemnestra y a Egisto, si bien algunos le dan la iniciativa a ella, y otros a él. Hay también distintas versiones sobre las consecuencias de este acto. Algunos creen que Orestes no fue castigado por lo que hizo, pero Esquilo muestra en su obra en tres actos La Orestiada cómo se debe enfrentar con las Erinias o Furias, diosas de la venganza que castigaban con especial saña los crímenes de familia. La Erinias le volvieron loco y le persiguieron por todos los lugares. Otras versiones aseguran que Electra y Orestes se enfrentaron a un juicio que acabó con su condena a muerte en Micenas después del asesinato. Orestes entonces capturó a Helena y Hermione, la esposa y la hija de su tío Menelao. Sólo la intervención de los dioses las salvó, mientras Orestes tuvo que exiliarse. Orestes, atormentado por las Erinias, visitó el Oráculo de Delfos dedicado a Apolo, instigador de la venganza. El dios dispuso que viajase a Atenas escoltado por Hermes y allí, en la corte del Areópago o «colina de Ares», debería someterse al juicio de los atenienses. Las Erinias ejercieron de acusación y Apolo de defensor. Atenea presidía el juicio que terminó con los votos divididos, por lo que la diosa se inclinó a su favor. Orestes fue exculpado y las Erinias aplacaron su ira con la promesa recibida de seguir siendo adoradas en Atenas. Desde entonces ya no se las conocería como Erinias, sino como Euménides o «benevolentes» gracias a su disposición.
Según otra versión, antes o después del juicio en Atenas y según las órdenes de Apolo, Orestes fue enviado a Tauris para coger una estatua de Artemisa. El rey Toas lo hizo prisionero y lo llevó ante el santuario de la diosa para ofrecerlo en sacrificio.
Su hermana Ifigenia era sacerdotisa en el santuario, pues allí había vivido desde que Agamenón la había querido sacrificar para que los vientos favoreciesen a los griegos en la Guerra de Troya. Los dos hermanos se reconocieron y ella engañó al rey diciéndole que todos debían purificarse en las aguas antes del ritual. sin que los habitantes de Tauris pudiesen contemplarios, lo que les permitió escapar con la estatua.
Pero hay otra versión en la que Orestes participa en la muerte de Neoptolomeo, hijo de Aquiles que había luchado en Troya y que estaba casado con Hermione, prima de Orestes cuyo padre, Menelao, se la había prometido en matrimonio en primer lugar.
Los elementos más significativos en la historia de Orestes son los ciclos de muerte y venganza, que se remontan hasta su abuelo Atreo y su bisabuelo Pelops.

EL MITO DE TETIS.

Tetis es una de las Nereidas. Su padre es Nereo, el Viejo del Mar y su madre es Dóride. Además, se le conoce por ser la madre de Aquiles.

Es una divinidad marítima e inmortal. Según otra versión es hija del centauro Quirón, pero esto no es lo más difundido.
La crió la diosa Hera (esposa de Zeus, dios de dioses) con la que guarda un verdadero vínculo y por lo general se ayudan en las malas, y se acompañan en las buenas.
Por ejemplo, una vez en que Zeus arrojó a Hefesto (dios del fuego, llamado también Divino Cojo) de la cumbre del Olimpo, debido a que éste quiso intervenir en una discusión de la pareja en favor de Hera, Tetis recoge al pobre dios. También es por orden de Hera que Tetis se hace cargo de la nave Argo donde viajan los Argonautas.
Se dice incluso que en una ocasión en que Zeus intentó conquistarla, la diosa se negó y lo rechazó para no molestar a Hera.
Sobre esto, hay otras teorías que dicen más bien que tanto Zeus como Poseidón (dios del océano) querían enamorar a la nereida, pero que por un oráculo se enteraron que el niño que ella tuviera sería más poderoso que su padre. Por eso para evitar derrocamientos y luchas de poder, prefirieron abstenerse y permitir que un mortal la amara.
Quirón se enteró de esto, y aconsejó a Peleo (su mortal protegido) que no desaprovechara la ocasión de emparentarse con una divinidad. Aunque la diosa se resistió, al final Peleo logró que ella accediera al amor.
Una vez casados, Tetis dio a luz a Aquiles (el héroe de la Ilíada). Tetis intentó por todos los medios otorgarle la inmortalidad a su hijo, procedimientos que resultaban peligrosos. Se cuenta que introdujo a Aquiles en fuego, pero que Peleo logró llegar a tiempo y así sucesivamente hasta que un día, decidió introducirlo en laguas de la laguna Estigia, en el Hades. Para ello lo tomó del talón, pero no pudo terminar porque Peleo llegó y de nuevo la detuvo. Así, el talón de Aquiles quedó vulnerable.
Debido a estos intentos de otrogarle la inmortalidad a Aquiles, Peleo decide disolver el matrimonio con Tetis, pues el no comprende y cree que Tetis desea hacerle daño al niño. No obstante, Tetis se mantuvo siempre pendiente de Aquiles.
Siempre lo protegió, y para la guerra de troya, ella intentó que él no fuera pues sabía que allí encontraría su final. Primero lo esconde entre las mujeres durante el reclutamiento de los soldados. Después, ya en la costa no lo deja desembarcar primero porque quien lo hiciera estaba destinado a morir. Le dio armas especiales, y después del amuerte de Patroclo (el amigo de Aquiles), Tetis le pide a Hefestos que fabrique unas armas para el joven héroe. Siempre loconsoló en momentos difíciles y trató de evitar que matara a Héctor, pues sabía que esa sería su propiacondena de muerte.
Una vez muerto Aquiles, Tetis se encargó de su nieto Neoptólemo.

EL MITO DE GALATEA.

Dentro de la mitología griega hay dos leyendas de Galatea. Está también el mito de Galatea y Polifemo y ahora les presentamos la otra leyenda.

Galatea era una cretense (de la isla de Creta) hija de Euritio y casada con Lampro, quien era muy bondadoso, pero también muy pobre.
Galatea quedó embarazada, y su esposo le dijo que esperaba que fuera un hijo varón lo que le iba a dar, pues si era niña tendría que exponerla. Al tiempo Galatea dio a luz a una preciosa niña y ella no tuvo corazón para abandonarla.
Desesperada, acudió donde los adivinos quienes le aconsejaron que la visitera como varón, y le diera por nombre Leucipo, para que así su esposo no se diera cuenta de la verdad. Con los años, Leucipo se volvió muy hermosa y llegó el momento en que ya no se podía ocultar su verdadero sexo, pues su cuerpo desbordaba delicadeza y femineidad.
Temiendo por la vida de su querida hija, Galatea acudió esta vez a poderes más altos y se dirigió al templo de Leto (madre de Apolo y Artemisa), donde pidió a la diosa que cambiara el sexo de su niña. Leto se apiadó de sus súplicas y la hermosa doncella fue convertida en un guapo varón.

EL MITO DE TANATOS.

Tánatos era el hijo de Érebo y Nicte, hermano gemelo de Hipnos, y personificación de la muerte.

Era el genio alado que acudía a buscar los cuerpos de los que habían fallecido.
Cortaba un mechón de sus cabellos para ofrecer como tributo a Hades y se llevaba sus cuerpos al mundo de los muertos.
Transportó, ayudado por su hermano Hipnos, el cuerpo del guerrero Sarpedón, muerto en Troya, hasta Licia. También se llevó el cuerpo de Alcestis que, ejemplo del amor conyugal, había sustituido a su marido en el féretro.
Más tarde, su presa le fue arrebatada por Heracles, que lo obligó a devolverla a la vida más joven y más bella que nunca.
Sin embargo, la historia más curiosa en la que interviene Tánatos es en la que es encadenado por Sísifo.
Sísifo era el más astuto y el menos escrupuloso de los mortales. Era capaz de los más enrevesados engaños para conseguir sus propósitos.
Se dice que, al ser amante de Anticlea, él sería el verdadero padre de Ulises.
Cuando Zeus raptó a Egina, la hija del río Asopo, Sísifo fue testigo casual de los hechos. Utilizó la información para conseguir de Asopo un manantial en la ciudadela de Corinto, y delató a Zeus.
Éste, enfurecido, mandó a Tánatos para acabar con la vida del mortal, pero el hábil Sísifo consiguió atrapar y encadenar al genio alado de la muerte, y por un tiempo ningún hombre murió.
Finalmente, Ares liberó a Tánatos, que volvió a realizar su trabajo empezando por el propio Sísifo.
Pero Sísifo era capaz aun de más artimañas para librarse de la muerte, y antes de morir ordenó en secreto a su esposa que no le tributara honras fúnebres.
Una vez en los infiernos, se quejó ante Hades de la impiedad de su esposa y le pidió que le dejará volver para castigarla.
Hades se lo permitió y Sísifo, que no tenía intención de volver a los infiernos, vivió en la Tierra feliz hasta época muy avanzada. Cuando por fin murió, Hades le impuso una tarea para evitar una nueva evasión. Su martirio consistía en empujar cuesta arriba un gran peñasco que, una vez en la cumbre, volvía a caer por su propio peso y el trabajo de Sísifo se prolongaba así eternamente.

EL MITO DE TRITÓN.

El dios del mar Tritón era hijo de Poseidón, el regidor divino de los mares, y de Anfritrite. Se le representaba habitualmente como una sirena masculina, una criatura con la parte superior del cuerpo de un hombre sobre una o incluso dos largas colas de pez. Sus atributos incluían un tridente y un largo y curvado cuerno hecho de concha. Tritón tenía el poder de apaciguar las aguas turbulentas soplando a través de su cuerno de coócha. Según algunas versiones, había gran cantidad de tritones y todos formaban parte del séquito de Poseidón.

Tritón fue de gran ayuda en la expedición de los Argonautas, los héroes que liderados por Jasón acudieron a bordo del Argo a buscar el Vellocino de Oro (ver Los Argonautas). En un momento del viaje, el barco quedó encerrado en las aguas del lago Tritonis, en Libia, del cual no podían encontrar salida al mar, historia que cuenta Apolonio de Rodas en su obra Argonáutica (siglo III a.C.)
Orfeo sugirió que debían usar el gran tridente que Apolo le había regalado a Jasón y ofrecérselo a los dioses de la tierra tan pronto como hubieron cogido el tridente apareció ante ellos el gran dios Tritón adoptando el aspecto de un hombre joven y les habló. Tomó un poco de tierra y la alzó dando la bienvenida diciendo: "Aceptad este regalo, amigos. Aquí y ahora no tengo a nadie mejor a quien recibir sino a extranjeros como vosotros. Si os habéis perdido, como muchos otros viajeros en tierras extrañas, y queréis cruzar el mar de Libia, yo seré vuestro guía. Mi padre Poseidón me ha enseñado todos sus secretos y yo soy el rey de su litoral. Quizá hayáis oído hablar de mí aunque vengáis de tan lejos". Eufemo, agradecido, extendió su mano para recibir el presente y contestó: "Mi señor, si algo sabes sobre el mar de Minos y sobre el Peloponeso, te rogamos que nos lo digas. Lejos de tener intención de llegar hasta aquí, hemos sido arrastrados a los bordes de tu tierra por una fuerte galerna. Perdimos el rumbo de nuestra embarcación y llegamos a esta laguna. Ahora no tenemos ni idea de cómo salir y llegar hasta la tierra de Pelops".
Tritón, extendiendo su mano, señaló el mar distante y la boca profunda del lago. Al mismo tiempo explicó: "Esa es la salida al mar, las aguas tranquilas y oscuras marcan el punto más profundo, pero a cada lado hay playas en los que varar; desde aquí podéis ver la espuma. Lejos, en la distancia entre ellas hay una estrechura. Una vez que estéis en mar abierto, mantened la tierra a vuestra derecha y abrazad la costa hacia el norte. Cuando se acerque a vosotros y se aparte de nuevo tendréis que salir por el punto hacia donde se proyecta y seguir navegando recto". Animados por el dios, los Argonautas siguieron su rumbo. Mientras tanto, Tritón tomó el pesado tridente y se sumergió en las aguas. Todos pudieron verle descender y, aun así, en un momento había desaparecido, cerca de ellos, con su tridente. ]asón sacrificó una oveja en la proa con las siguientes palabras: "Dios del mar, tú que apareces ante nosotros en las orillas de estas aguas, sé gentil y concédenos el regreso feliz que deseamos".
Mientras rezaba cortó el cuello de su víctima y la arrojó al agua. El dios surgió de nuevo de las profundidades ya no transformado sino en su verdadera forma, y, tomando la proa de la embarcación, los condujo hacia mar abierto. El cuerpo del dios, por delante y por detrás, desde la corona de su cabeza hasta su cintura y de los pies a la cintura, era como el de los otros inmortales, aunque desde ahí no era más que como el de un monstruo con dos largas colas terminadas en un par de aletas con forma de luna creciente. Con las aletas removía el agua de la superficie y arrastró al Argo a mar abierto, donde lo lanzó en su ruta. Después se sumergió en el abismo y los Argonautas gritaron de maravilla ante una visión tan pavorosa e inspiradora» (Argonaútica, Libro IV).
En otras historias, Tritón -o los tritones- también tenían otro lado menos benevolente. Como si fuesen "sátiras del mar", los tritones tenían la mala costumbre de molestar a las mujeres que se bañasen en el mar y a los hombres jóvenes. En cierta ocasión, cuando Tritón corneó a un grupo de seguidoras del dios del vino y la vegetación Dioniso en Boecia, hubo una pelea entre los dos dioses, que terminó en una derrota para el dios marino. El gran héroe Hércules también dijo que en una ocasión tuvo que luchar con un monstruo marino llamado Tritón.

EL MITO DE HERA.

Hera es la diosa con mayor rango en el Olimpo, pues es esposa y hermana de Zeus, el dios de los dioses en la mitología griega.

Esta diosa es la hija mayor de Cronos y Rea, y como todos sus hermanos fue tragada por su padre, hasta que Zeus fue salvado de las terribles fauces paternas y, luego, pudo entonces liberar a todos sus hermanos.
Durante la lucha que hubo entre Zeus y los titanes, la diosa fue criada -según unas versiones- por Océano y Tetis, con quienes ella quedó muy agradecida, por lo que cuando ellos riñeron, ella trató de reconciliarlos. Otros narran que fue criada por las Horas, por el héroe Témeno e incluso por las hijas de Asterión.
Una vez que Zeus ganó la gran batalla y se estableció el poder olímpico, éste contrajo matrimonio con Hera. Se cuenta que ella era su tercera esposa, después de Metis y Tetis, no obstante el amor entre Hera y Zeus era anterior incluso a la batalla con los titanes. La boda fue más que suntuosa, y de acuerdo a la tradición, se indica como lugar de la celebración el jardín de las Hespérides (aunque a veces se dice que las manzanas de este jardín fueron sólo el regalo de Gea a Hera el día de su casamiento, y que la diosa las cembró en su jardín). En la Ilíada se cuenta que la boda se llevó a cabo en la cumbre del Ida de Frigia. También, se ha mencionado que se realizó más bien en el lugar místico de Eubea. La divina unión tuvo como frutos cuatro hijos: Hefesto, Ares, Ilitía y Hebe.
Como esposa del líder de los dioses, Hera se convirtió en la protectora de todas las mujeres casadas. Por ello, se la representa como mujer celosa, vengativa y violenta, pues Zeus -que le era infiel constantemente- provocaba sus iras, de las que hacía víctimas no sólo a las amantes sino a los hijos producto de los amores prohibidos.
Fue así como Heracles cayó en desgracia con Hera, pues era hijo de Zeus y Alcmena, y fue tal vez el que más sufrió la cólera de la diosa. A ella se le ocurrió la idea de los doce trabajos a los que se sometió al semidios, y lo persiguió sin límite hasta el fin de sus días.
Sin embargo, estos ataques de celos también le costaban caros a la diosa, pues Zeus siempre protegía a sus hijos y a sus amantes de la venganza de Hera. Por ejemplo, cuando Heracles se vio envuelto en una tormenta enviada por Hera cuando él regresaba de tomar Troya, Zeus la suspendió del Olimpo y le ató un yunque en cada pie. Hera más tarde se reconcilió con Heracles.
Las leyendas en que esta importante diosa interviene son muchas. Por ejemplo, persigue a Io, la convierte en vaca y convence a los Curetes de desaparecer a su hijo, interviene en el trágico origen de Sémele, produce la locura de Tamante e Ino por haber criado a Dionisios, hijo bastardo de Zeus con Sémele. Aconseja a Artemisa para que asesine a Calisto, e intenta impedir el parto de Leto, de dónde nacieron Apolo y Artemisa.
Sin embargo, la ira de Hera no siempre se relaciona con los celos, a veces también lucha por poder. Por ejemplo, castigó a Tiresias y lo dejó ciego, por darle la razón a Zeus en una discusión que entabló la pareja sobre quién gozaba más de los placeres del amor, si el hombre o la mujer.
Además, participó en el concurso de las manzanas para averiguar cuál diosa era la más bella, donde Paris fue árbitro. Como éste eligiera a Afrodita, su cólera cayó sobre él y sobre Troya, por lo que la balanza se inclinó por los griegos o aqueos, hecho que se confirmaba porque Hera naturalmente estaba designada como la protectora de Aquiles, héroe griego hijo de Tetis, a quien Hera le debía tanto, como ya dijimos. Incluso, la diosa extendió su protección a Menelao, y lo hizo inmortal. Anteriormente, Hera había protegido a los Argonautas, y ayudó a que salieran bien librados de las Rocas Cianeas y de los pasos de Caribdis y Escila.
Por otro lado, se sabe que la diosa participó en la lucha contra los Gigantes y que fue perseguida y atacada por Porfirión que se había enamorado de ella. Éste intentó hacerla suya por la fuerza, pero mientras le arrancaba los vestidos, Zeus llegó en auxilio de la diosa y le envió un rayo al atacante que fue asesinado completamente por un flechazo de Heracles. De igual forma, Ixión también la atacó con un deseo incontrolable y violento, pero Zeus una vez más la protegió mediante una nube que modeló para engañar al pérfido.
Sus atributos comunes eran el pavo real, cuyo plumaje pasaba por ser los ojos de Argos, el guardián que Hera le asiganra a Io, y sus plantas eran el helicriso, la granada y el lirio. En la mitología latina o romana fue conocida como Juno.

EL MITO DE ÍCARO.

Ícaro se conoce a veces como el inventor del trabajo en madera. Es hijo de Dédalo, genio de la antigüedad que le mostró a Ariadna cómo Teseo podía encontrar el camino en el laberinto de Minos, donde se encontraba el Minotauro (monstruo con cuerpo de toro y cabeza de hombre).

Con esta ayuda, Teseo fue capaz de matar al Minotauro, por lo que el rey Minos y padre del monstruo, muy molesto encerró a Dédalo con su hijo en el laberinto.
Con la intensión de huir, Dédalo fabricó unas alas para él y su hijo. Las adhirió con cera a los hombros de Ícaro y luego en los suyos e iniciaron el vuelo que los llevaría a la libertad. El padre había advertido a su joven e imprudente hijo que no volara demasiado alto ni demasiado bajo.
No obstante las advertencias de su padre, Ícaro fascinado por lo maravilloso del vuelo se elevó por lo aires desobediendo a Dédalo quien no pudo impedirlo. Además, Ícaro se sintió dueño del mundo y quiso ir más alto todavía. Se acercó demasiado al sol, y el calor que había derritió la cera que sostenía sus alas, por lo que las perdió. El desdichado y temerario joven acabó precipitándose en el mar, donde murió. Por eso, desde entonces ese mar se conoció como El Mar de Icaria.
En otras versiones donde se elimina el elemento fantástico, se nos cuenta como Dédalo había matado a su sobrino Talo, por lo que había tenido que huir de Atenas. Ícaro, igualmente desterrado había ido en busca de su padre, pero naufragó en las aguas de Samos, por lo que el mar recibió un nombre derivado del suyo, igual que en la leyenda original.
También se dice que Ícaro y su padre habían huido de Creta en dos barcos de vela inventados por Dédalo, pero el joven no supo dominar las velas y naufragó o más bien que cuando llegó a la isla de Icaria, se lanzó torpemente hacia tierra y se ahogó.
La leyenda era fuerte e incluso por mucho tiempo se mostraba una supuesta tumba de Ícaro en un cabo del mar Egeo, al igual que se decía que en las islas de Ámbar había dos columnas que Dédalo había levantado una en honor a su hijo y otra en nombre de él mismo. Asimismo, se decía que Dédalo había representado en una escultura el triste destino de su hijo en las puertas el templo de Cumas, dedicado a Apolo.

EL MITO DE IFIGENIA.

Ifigenia es una de las hijas del rey Agamenón y Clitemnestra. Su historia no fue desarrollada por Homero, pero sí por los trágicos posteriores como Eurípides, y aparece en las epopeyas cílcicas.

Agamenón se había ganado la cólera de la diosa Artemisa, ya que su gente caza a uno de los venados sagrados de la diosa. Debido a esto, la flota aquea del rey que venía de luchar en Troya estaba detenida en Aulide sin poder partir.
El adivino Calcante fue interogado para saber cómo apalcar a la diosa, y la respuesta fue que se debía sacrificar a Ifigenia en nombre de la diosa Artemisa, para que ésta los dejara partir. El rey al principio se negó, pero al no haber otra solución, consintió en hacer el sacrificio.
Así, mandó a llamar a su hija que se encontraba en Micenas con su madre, con el pretexto de prometerla al héroe Aquiles. Cuando llegara, el adivino Calcante sería el encargado de inmolarla en nombre de la diosa encolerizada.
Según cuenta la versión más conocida, cuando Ifigenia llegó y el sacrificio se iba a realizar, la diosa se apiadó de la joven, y puso en su lugar una cierva. Se llevó a Ifigenia a Tauride, donde la convirtió en su sacerdotiza.
Sin embargo, existen varaciones sobre el tema, según la versión de Sofocles, el sacrificio sí ocurre y esto se convierte en la justificación del crimen que Clitemnestra comete contra su marido Agamenón cuando él regresa, pues ella debía vengar la muerte de su hija.
En otras, lo que varía es el lugar del sacrificio que más bien lo ubican en Braurón, un lugar de Ática. También, cambian el animal por el que sustituyen a la joven como un oso, una ternera, un toro o incluso una mujer vieja.
Otra forma del mito, es que la misma Ifigenia se convierte a sí misma en toro, ternera, osa o mujer vieja -según sea el caso- y acto seguido habría desaparecido. Muchos explican la desaparición, con el hecho de que en el momento del sacrificio los presentes habían vuelto la vista hacia otro lado, para no ver la muerte de la joven, por lo que ella había podido escapar.

Oa versión más racionalista explica, por su parte, que en el momento del sacrificio había aparecido un toro, una ternera, una cierva o una vieja, y que el sacerdote había interpretado tal hecho como un presagio de que los dioses no aceptarían el sacrificio y que ya la ofenza a Artemisa estaba saldada.
Después de este episodio, cuentan que Ifigenia vivió mucho tiempo en Tauride, al servicio de Artemisa en su templo, donde debía sacrificar a los náufragos extranjeros que caían en la costa. Pero un día, reconoció a Orestes, su hermano y a Pílades entre los extranjeros, enviados por el oráculo de Delfos a buscar la estatua de Artemisa. Ifigenia les entregó la imagen y huyó con ellos a Grecia.


Otras variantes, colocan a Ifigenia como hija de Criseida y Agamenón, o como hija de Teseo (el héroe que mató al minotauro) y Helena, que había sido raptada por aquél. Sus hermanos los Dioscuros la rescatan, y ella les jura que había permanecido virgen. Para mantener tal historia le entrega a su hermana Clitemnestra, el fruto de sus relaciones con Teseo, Ifigenia.
Sobre su muerte o final se conoce poco. Se cree que Artemisa le concedió la inmortalidad y la identificó con la diosa Hécate. También, se piensa que se casó con Aquiles secretamente cumpliendo así el engaño de su padre cuando iba a ser sacrificada.

EL MITO DE MEDEA.

Medea era hechicera, hija de la oceánide Idia y de Eetes, rey de Colquidae, región situada a orillas del mar negro.

Por la rama paterna es nieta de Helio, el Sol, y sobrina de la hechicera Circe y Pasífae, la esposa del rey cretense Minos. A veces se la considera hija de la diosa Hécate, patrona de las magas. Según esto podría ser la hermana de Circe y no su sobrina.
Cuando el héroe Jasón, al frente de los argonautas, llegó a Colquidae en busca del vellocino de oro, Medea se enamoró desesperadamente de él. A cambio de la promesa de Jasón de una fidelidad duradera y de llevarla a Grecia con él, se sirvió de sus poderes mágicos para permitirle engañar a su padre y obtener el vellocino.
Protegió con sus ungüentos mágicos a Jasón de los resuellos de fuego con los que le atacaban los toros que por orden de Eetes debía vencer y condujo al joven hasta el preciado tesoro, durmiendo antes con sus sortilegios al fiero dragón que guardaba el vellocino.
Medea zarpó entonces de Colquidae con Jasón, llevándose a Apsirto, su joven hermano, con ella. Para escapar de la persecución de Eetes, Medea mató a Apsirto y dispersó sus restos en el mar.
El rey se detuvo a recogerlos y la demora permitió escapar a Jasón y a su grupo.


En otra leyenda, es Jasón quien mata a Apsirto después de que Eetes lo envíara en persecución de los fugitivos.

Finalmente, Medea, en su huída, es capaz también de vencer a Talos, el gigante de bronce que el rey Minos había puesto como centinela de su isla.
Cuando Jasón y Medea llegaron a Grecia, supieron que Pelias, el malvado tío de Jasón, había sido responsable de la muerte de los padres del héroe. Para vengar sus muertes, Jasón pidió una vez más a Medea que lo ayudara con su magia.
Complaciente siempre a sus deseos, la hechicera consiguió la muerte de Pelias mediante una astuta estratagema. Les dijo a sus hijas que sabía cómo ellas podían hacer que su anciano padre recuperara la juventud y, para demostrarlo, descuartizó a una oveja de muchos años y puso los trozos a hervir.
Después, soltó a un cordero joven, encantador y juguetón, que surgió de la caldera de agua caliente. Las hijas se convencieron de que podían rejuvenecer de manera semejante a su padre.
Así, después de darle Medea a Pelias un poderoso narcótico, las hijas se dispusieron a cortarlo en pedazos, pero Medea desapareció sin decir las palabras mágicas que le habrían devuelto la vida.

Después de esto, Jasón y Medea zarparon hacia Corinto, donde tuvieron dos hijos. Vivieron felices hasta que Jasón, cansado de Medea, repudia a ésta para prometerse a Glauce, la hija del rey corintio Creonte.
Para vengarse, Medea, colérica y enloquecida, mató a su rival enviándole un vestido nupcial que la abrasa inmediatamente junto con su viejo padre que acude a socorrerla; a continuación mata, en el templo de Hera, a sus dos hijos, dos niños habidos de su unión con Jasón.
Medea escapó de la ira de Jasón abandonando Corinto en un carro tirado por caballos o dragones alados, regalo de su abuelo Helio, en dirección a Atenas. Allí logró gran influencia sobre el rey Egeo que se casa con ella pues, sin saber que Teseo es su hijo.
Gracias a sus poderes como maga, Medea conoce la naturaleza de Teseo, un joven héroe que en ese momento llegaba a Atenas. Ella no deseaba que su influencia sobre Egeo se viera afectada por la aparición de un hijo, así que tramó con Egeo invitar a Teseo a un banquete y le dio un vaso con una bebida envenenada.
Egeo voluntariamente conspiró con ella por miedo a que los atenienses prefirieran al popular y joven héroe antes que a él y quisieran colocar a Teseo en el trono. Afortunadamente, Teseo le hizo saber que era su hijo y Egeo arrojó el vaso con veneno.
Medea escapó de la ira de Egeo junto a su hijo Medo, concebido de su unión con Egeo y regresa a Cólquide, donde madre e hijo darán muerte a Perses que había traicionado a su hermano Eetes y usurpado el trono. Allí es donde se dice que murió feliz, reconciliada con los suyos. Se dice que obtuvo la inmortalidad.

miércoles, 21 de abril de 2010

EL MITO DE MORFEO

Morfeo , considerado el dios del sueño en la mitología griega y de categoría menor, era hijo de Hipnos , que personificaba el sueño, y de Nix , que era la Noche, y hermano de Tánatos , la muerte. A este dios se le encomendó como misión crear sueños para aquellos que dormían y que los que en ellos aparecieran tuvieran forma humana. De hecho Morfeo , o Morpheus, viene del griego Μορφεύς , palabra que proviene de la que significa “ forma ” . Morfeo tenía la increíble habilidad de recorrer el mundo una y otra vez con sus alas fabricando fantasías para los humanos. Si alguien presentaba problemas para dejarse mecer en sus brazos, él sabía seducirlos y llevarlos consigo al mundo onírico . Y si hacía falta, podía adquirir la apariencia de algún familiar del insomne. Mientras tanto, sus hermanos Fobetor y Fantaso , encargado uno de la aparición de animales y otro de los objetos que aparecían también en sueños, le ayudaban. Se cuenta también que Morfeo fue hijo de Hipnos así como los “ mil oniros “ , con la particularidad de que estos “ mil oniros ” controlaban el soñar de los seres corrientes mientras que Morfeo y sus hermanos Fobetor , ( Iquelo , el espíritu de oscuras alas que traía también las pesadillas), y Fantaso , ambos nacidos de la unión de Hipnos con Pasítea , o Aglaea , que era la más joven de Las Tres Gracias , (por ello surge la duda de si Morfeo era también fruto de la unión de Hipnos con esta Gracia). Cuenta la mitología que cuando Ceice , rey de Traquis (ciudad situada al sur de Tesalia), y casado con Alcíone , hija de Eolo (dios de los vientos) , se ahogó, su esposa, desesperada por su tardanza, se enteró del trágico final por medio de un sueño, sueño transmitido por Morfeo. Entonces, Alcíone, desesperada de dolor, se lanzó al mar buscando morir con su amado… Vemos así la importancia de Morfeo en los sueños de los humanos.

EL MITO DE PSIQUE Y EROS.

Psique y Eros protagonizan una de las historias más bellas de la mitología griega que cuenta sobre el misterio del amor . Psique era la menor de tres hermanas, hijas de un rey. Eran tan hermosa que los habitantes de su país dejaron de adorar a Afrodita para venerarla a ella. Sin embargo, y a diferencia de sus hermanas, aún no se había casado. La diosa, llena de celos por haber sido desplazada por una mortal, envió a su hijo Eros para que buscara a Psique y despertara en ella una gran pasión por el ser más monstruoso y cruel que encontrara. Pero en cuando éste vio a Psique , se hirió con una de sus propias flechas y se enamoró perdidamente de la joven. La belleza de Psique inhibía a los hombres, y sus padres, preocupados porque su hija aún no había sido desposada, consultaron entonces al Oráculo de Apolo. Eros aprovechó para ingresar en éste y dar un falso mensaje: “ A lo más alto la llevarás del monte, donde la desposará un ser ante el que tiembla el mismo Zeus ” . La novia fue engraciada con todo y pompas, y entrega a su incierto destino. En lo alto del monte, muerta de miedo, Psique observaba mientras el fúnebre cortejo nupcial se retiraba. Ella esperó ansiosa allí mucho tiempo, pero nadie se presentó. Empezó a declinar el día y Psique se sintió como transportada a través del aire y se desvaneció. Cuando volvió en sí, se encontró en un palacio de ensueño, rodeado de un jardín maravilloso, pero nadie en él. Hasta que oyó un susurro aire que dijo: “ Pide cuanto quieras y todos tus deseos serán satisfechos ” . Psique pidió muchas cosas para probar a la desconocida voz: vestidos, joyas, instrumentos musicales, etc. Todo aparecía en seguida, pero aunque preguntara sobre la identidad de su protector, sólo conseguía la misma respuesta: “ Tu esposo acudirá a verte cuando sea la hora ” . Entregada a la belleza del paisaje, la bella joven correteó por el jardín, admirada de todo, y, llegada la noche, cansada y esperanzada, entró en el palacio y pidió una luz. Pero esta vez no se le fue concedida. Tuvo que buscar la cama a tientas y acostarse en la oscuridad. Fue allí cuando el aire se convirtió en una voz suave: “ Aquí está tu esposo, Psique . Ámame como yo te amo, por encima de todo, y no busques a nadie más. No puedo decirte mi nombre, ni puedes ver mi rostro. Pero, a pesar de todo, si me amas como yo a ti, seremos felices ” . Y Psique se sintió maravillosamente amada en la oscuridad. Esperó la primera luz del día para poder ver a su amante, pero poco antes del amanecer, cayó profundamente dormida, y al despertar con la luz del sol, se encontró sola otra vez en el palacio. Así continuó muchas noches. Psique fue amada por el desconocido a quien no pudo ver el rostro, y durante los días, a la luz del sol, vagaba sola por el palacio y por los jardines. Todas las noches la joven pidió a su amado que se permitiera conocerlo, aunque sólo sea un instante, y todas las noches recibió la misma respuesta negativa. Hasta que una noche le pidió poder ver a su familia, a la cual echaba mucho de menos.
A llegar la luz del sol, despertó en el palacio de su padre y fue recibida con mucha alegría. Psique le comentó todo lo ocurrido y también que cualquier cosa que ella pedía le era concedida en seguida, excepto ver a su esposo, aunque se amaban profundamente. Entonces sus astutas hermanas le dieron una lámpara para que la encienda de noche mientras su amado dormía, así podría verle el rostro sin que él se enterase…
Al anochecer, Psique fue llevada otra vez por los aires al palacio del amor. Su amado acudió a la misma hora de todas las noches, pero ella fingió estar cansada y simuló dormirse, hasta que adivinó que él se había dormido de verdad. Entonces encendió la lámpara y vio que entre sus brazos tenía a Eros , al propio dios del amor, el amor mismo, bello y maravilloso. Absorta en la contemplación, no advirtió que había inclinado la lámpara y una gota de cera ardiente cayó sobre él, despertándolo. “ ¿Qué has hecho? ” , gimió al ver la luz. “ Sólo podíamos ser siempre felices si tú desconocías mi identidad. Ahora todo ha terminado. Sabes quién soy y no puedo permanecer a tu lado. Ni puedo quererte. ¡Adiós! ” Psique quiso retenerlo, pero fue inútil. El palacio desapareció, igual que el jardín. Vagó un tiempo, sola y entristecida, hasta que llegó a un templo de Afrodita y le pidió ayuda. Pero la diosa la recibió enojada por haber destrozado el corazón de su hijo Eros . Psique suplicó, pero esta no creyó en su amor, por lo que la puso a prueba. Primero le pidió agua de la Fuente de la Belleza, que custodiaba un dragón. Psique pasó la primer prueba. Luego la diosa le pidió lana caliente, suave e invisible de las ovejas del monte Ados, animales gigantes con cuernos tremendos que atacaban a cualquiera que se les acercase, pero otra vez Psique lo consiguió. Cuando Afrodita notó que Psique realmente estaba dispuesta a todo por recuperar el amor de Eros , comenzó a tratarla con menos dureza, y le hizo la última prueba. La llevó a un granero lleno de granos mezclados de trigo, maíz y mijo y le pidió que separase las tres semillas en tres montones distintos. La labor debía estar terminada en una sola noche. Psique trabajó sin desfallecer, pasó la noche y cuando faltaba poco para el día, había cumplido ni la centésima parte de la tarea. Pero ella siguió sin descanso. Afrodita la observó, invisible, y al ver su fe comprendió que su amor era auténtico. Llamó a todas las hormigas de la tierra para que la ayudasen y así Psique lo logró. Afrodita aceptó entonces que el amor de Psique por Eros era un verdadero amor, pero todavía exigía de ella que se unja con la esencia de la inmortalidad que guardaba Perséfone , la diosa del Hades, ciudad de los muertos . Psique consiguió llegar hasta ésta, pero a cambió la diosa le pide su voz. La joven acepta y recibe una cajita de oro que debía abrir una vez que estuviese en la tierra. Al llega, abrió la cajita y sólo una columnita de humo salió, que se dispersó con el viento. Psique se creyó engañada, quiso llamar a Eros , a sus padres y a sus hermanas, pero no tenía voz, entonces rompió en llanto. Eros vagaba por la tierra entristecido, cuando oyó el llanto, lo siguió y llegó hasta Psique . La vio tan arrepentida y enamorada, que le infundió un sueño reparador y, así dormida, la llevó hasta el Olimpo para presentársela a Zeus y pedirle piedad para los dos. Zeus consultó con Afrodita , que ya la había perdonado, y Psique recuperó la voz al mismo tiempo que consiguió la inmortalidad. Desde entonces, reside en el Elíseo con los otros dioses, siempre en compañía de Eros . Y si alguna vez bajan a la tierra, van siempre juntos los dos, y así, los dos a la vez, es como influyen en la vida de los hombres.
La historia de Eros y Psique es larga y en algunas versiones se complica más aún. Pero en todos los casos, el mito nos dice que el amor exige, para su permanencia, cierta ignorancia de la verdadera personalidad de la persona amada. El amor no debe ser analizado; es siempre amor, es bueno y hace felices a los que no quieran saber quién es ni cómo es exactamente.

EL MITO DE SELENE Y ENDIMION.

La luna siempre ha sido objeto de admiración. Su pálida belleza y su imponente presencia en el infinito inspiran a poetas y enamorados. En la mitología griega , Selene era la diosa de la luna, hermana de Helios , el sol, y de Eos , la aurora. Selene fue protagonista de muchas historias de amor, pero su romance con Endimión fue el más profundo y su más bonita leyenda de amor. Endimión , también de origen divino y nieto de Zeus , era un pastor de Caria. Había ocupado el trono de Elida, pero luego de ser destronaron, busco refugió en el monte Larmos y se dedicó a al campo y a los astros, enamorándose de la luna, la única compañía además de su soledad. Todas las noches, después de realizar sus tareas diarias, dormía profundamente dentro de la cueva que le servía de morada. Pero si el tiempo era bueno, se tumbaba desnudo junto a la puerta de la cueva a dormir al aire libre. Endimión contemplaba a Selene y su corazón se nutría de un amor silencioso, hasta caer dormido. Selene no sabía nada del gran amor que había inspirado en el pastor, pero una noche bajó a la tierra, le vio dormido y desnudo y le amó. Desde entonces le visitó todas las noches, le encontró siempre dormido, y se recostó junto a él sin despertarle. Así, dormido él y ella despierta, se amaron por mucho tiempo. La diosa ignoraba la fascinación del pastor hacia ella, y él tampoco sabía que durante sus sueños se volvía objeto de amor de la diosa. Hasta que una noche Endimión despertó en pleno amor y se enteró de que era el amante de la diosa. Ambos se confesaron su amor secreto y la felicidad los envolvió. Pero entonces entró un temor en él, ya que había pasado el tiempo y su cuerpo comenzaba a marchitarse. Le pidió a Selene que le concediera juventud eterna con su poder divino. Ella recurrió a Zeus y éste decidió que Endimión no sufriría el paso del tiempo mientras estuviese dormido; sólo envejecería durante la vigilia. Endimión le hizo prometer a Selene que lo acompañase siempre con él durmiera. De ese modo, él no envejecería y siempre que se despertaría feliz. Pero entonces, cuando estuviese despierto, ella no estaría. No se conoció ni explicó un final para ninguno de los dos. El mito hace creer que Selene y Endimión continúan amándose en silencio en algún rincón remoto de la tierra.

EL MITO DE HERO Y LEANDRO.

Según el mito griego , Hero era una sacerdotisa de Afrodita que vivía en una torre en Sestos, en el extremo del Helesponto. Leandro era un joven de Abidos en el otro lado del estrecho. Cuando se celebró en Sestos un festival en honor de Adonis y Afrodita , al cual acudieron personas de muchas ciudades, Hero no abrigaba otros planes que no fueran sus deberes de sacerdotisa, pero en cuanto Leandro la vio, quedó prendado de su hermosura. Hero también se dejó cautivar por él, pero le advirtió que sus padres no le permitirían casarse con un extranjero. Fue entonces que Leandro , vencido por su amor, le dijo: “ Por tu amor, cruzaría hasta las olas salvajes ” . Este profundo amor estaba destinado a la desgracia, puesto que una sacerdotisa sólo debía dedicar su vida a la divinidad. Pero ellos no renunciaron fácilmente. Cada noche Leandro cruzaba el Helesponto nadando para estar con ella, y Hero debía encender una lámpara en lo alto de la torre para poder guiarle en la oscuridad. Este inestable arreglo duró lo que la estación estival. Al llegar el invierno, el mar cambió, pero el clima glacial no detuvo el amor de Leandro . Una noche, el cielo no tuvo piedad y arrebató las aguas con una tempestad, agitando el mar y apagando la lámpara de Hero . Perdido entre las furiosas olas, Leandro pereció ahogado. Cuando Hero halló su cuerpo inerte en la orilla a la mañana siguiente, lo tomó desconsolada entre sus brazos y una ola enorme se los llevó a ambos, para perderlos juntos en la infinidad del horizonte. El mito de Hero y Leandro fue una fuente de inspiración para muchos artistas. La hazaña atlética de Leandro fue emulada por el poeta inglés Lord Byron en 1810, que nadó de Sestos a Abidos en una hora y diez minutos. Milorad Pavic escribió la novela La cara interna del viento o la novela de Hero y Leandro basándose en la leyenda, aunque en verdad son dos novelas -dos partes- que llegan a formar una sola entremezclándose conforme pasa “ el tiempo ” . Francisco de Quevedo y Villegas y Ramón de Campoamor le han dedicado poemas, y más de un pintor les ha concedido formas y colores. El mito nos recuerda que un amor que no arriesga nada, no vale nada.

EL MITO DE ARACNE

Aracne era una joven de la región de Lidia . Había nacido en una casa humilde, pero todo el mundo en Grecia la conocía gracias a su insuperable talento manejando del telar. Sus manos se movían con una precisión inusitada, dando forma a los hermosos motivos que brotaban de su imaginación. Consciente de su maestría, Aracne cometió la temeridad de proclamarse superior a los dioses en el arte de tejer. Estas palabras llegaron a oídos de la diosa Atenea , patrona de hilanderas y tejedoras, quien se enfadó enormemente, pues a los dioses no les gusta que un insignificante mortal se compare con ellos, y mucho menos que se declare superior (aunque lo sea, como en este caso). Atenea adoptó la forma de una anciana y se presentó en el taller de Aracne, dispuesta a hacer que se retractase. Pero la joven lidia se negó y además retó a un duelo de tapices a la mismísima diosa Atenea, estuviera donde estuviese. A Atenea no le quedó otro remedio que descubrir su auténtico rostro y aceptar el desafío. Una vez sentadas las contendientes frente a sus respectivos telares, la justa dio comienzo. Las manos de las dos se movían como centellas sobre los hilos. Atenea bordaba heroicas escenas protagonizadas por los dioses, mientras que Aracne , desafiante, escogía aquellos episodios en los cuales los habitantes del Olimpo se habían mostrado deshonestos o libidinosos. Llegó el momento de comparar ambas obras, y entonces quedó claro, incluso para Atenea , que el trabajo de Aracne era muy superior al suyo. La diosa montó en cólera y rasgó el lienzo de su rival. Después la golpeó en la frente. En verdad, el golpe no había sido demasiado fuerte, pero Aracne se asustó y, temiendo su venganza, buscó una soga y se ahorcó de la viga que cruzaba el techo del taller.
Compadecida, Atenea la sujetó para que no se ahogase, tras lo cual la maldijo, a ella y a su futura progenie, a colgar de aquella manera y a tejer durante toda su vida. Los brazos y las piernas de Aracne comenzaron entonces a encogerse, mientras que los dedos de sus manos se alargaban. Al mismo tiempo, su cuerpo se hinchó, y una capa de pelo corto y negro la cubrió por completo. La soga se transformó en un hilo de seda que le salía del abdomen. Cuando la transformación terminó, Aracne colgaba del techo convertida en una pequeña araña . Así termina (o, en cierta manera, comienza) el mito de Aracne , de quien según dicen descienden todas las arañas. La versión más completa es la que incluye Ovidio en las Metamorfosis . Como curiosidad, señalar que la diosa Atenea tal vez sea una adaptación griega de la egipcia Neith, deidad sutilmente asociada a los arácnidos, lo que lleva al aracnólogo Antonio Melic a sugerir que la auténtica araña de esta historia no es otra que la propia Atenea.

EL MITO DE EDIPO Y LA ESFINGE.

Según cuenta la leyenda, Hera, esposa de Zeus, envió hasta Tebas , en la antigua Grecia , a la Esfinge para castigar a esta polis a causa de la relación de amor entre Layo y el hijo de Pélope, Crisipo, primer amor homosexual conocido. Era la Esfinge un monstruo con rostro femenino, cuerpo de león y alas de pájaro. Fiel a los deseos de la diosa Hera , se sentó cerca de sus puertas dispuesta a atormentar y a devorar a sus ciudadanos.
Pero antes de convertirlos en alimento, a tan aterradora criatura le gustaba plantearles enigmas casi imposibles de resolver a cambio de la salvación. Uno tras otro fueron cayendo, víctimas de su ignorancia, y terminaron siendo engullidos sin piedad. Pero he aquí que un día apareció un hombre que decía llamarse Edipo , el cual se enfrentó valerosamente a la Esfinge y sus enigmas. - ” ¿Qué ser que camina sobre la tierra lo hace primero a cuatro patas, después a dos y luego, cuando se vuelve débil utiliza tres patas? “ - preguntó con desidia la Esfinge, segura de su fácil victoria. - “ El hombre, pues gatea de niño, camina sobre sus dos piernas de adulto y, cuando se hace viejo, utiliza bastón ” - contestó imperturbable Edipo . - “ Existen dos hermanas. Una engendra a la otra. Ésta, a su vez, engendra a la primera “ - esta vez la poderosa voz de la enviada de Hera adquirió un tono desafiante y provocador. - “ El día y la noche ” - contestó Edipo mirándola fijamente a los ojos. Cuentan que, entonces, la Esfinge se enfureció de tal manera, al saberse humillada y vencida, que se lanzó en picado al vacío desde lo más alto de gigantesca roca, acabando con su existencia. Y fue tal el agradecimiento de la ciudad griega de Tebas hacia Edipo que lo proclamaron rey al casarse con la reina, Yocasta , de la cual ignoraba que era, en realidad, su madre. Pero eso es otra historia…

EL MITO DE LAS SITE PLÉYADES.

Las Pléyades son las siete hijas de Atlas y Pléyone . Eran las ninfas del cortejo de Artemis, y como ésta, trataron de mantener su virginidad aunque no lo consiguieron. Ninguna de las siete. Sus nombres eran Alcíone, Celeno, Estérope, Electra, Maya, Táigete y Mérope , las mas tímida de todas porque fue la única que se desposó con un mortal. El resto de las Pléyades se unió con dioses que engendraron un linaje de héroes, del cual Hérmes es el más conocido de ellos. Orión se encontró con Pléyone y sus hijas en Beocia y se enamoró de las ninfas, por lo que decidió a perseguirlas en busca de su amor. Cinco años duró el acoso hasta que Zeus, a pedido de las Pléyades las transformó primero en palomas para poder escapar de Orión y luego en estrellas. Así quedan retratadas para siempre en el cielo nocturno junto con su acosador Orión, que aparece junto a ellas en la noche, persiguiéndolas por siempre. Así sucede que durante la noche, aparecen las Pléyades en el cielo, como seis estrellas brillantes y unidas, y una séptima, que sería la avergonzada Mérope, un poco más difusa. Orión continúa cerca de las ninfas, como el enamorado no correspondido que permanece fiel a su propio corazón a pesar del mundo que se le niega. Y así continuará incluso aún después que la vida en el mundo se acabe. La aparición de las Pléyades en los cielos de la antigua Grecia indicaban el inicio de la temporada de navegación y de la siembra de los campos. Para los amantes de las estrellas, las Pléyades son un espectáculo único de los cielos. Simbolizan tanto a las ninfas como a las palomas o a siete cabras, novias o bailarinas, de las cuales siempre hay una que se pierde o desaparece.

EL MITO DE ADONIS.

El mito comienza con Tías, rey de Siria, cuya hija Mirra poseía una belleza de la cual estaba tan orgulloso que solía decir que ni la propia Afrodita era tan hermosa como ella. Pero la diosa Afrodita, en venganza, impulsó a Mirra a desear en incesto a su propio padre.(Otras versiones dicen que el rey la había tenido encerrada en el palacio toda su vida, por lo que la joven sólo había conocido a un hombre: su padre, y por ende, se había enamorado de éste). Sea cual sea la versión, Mirra llevó a cabo un plan con la ayuda de su nodriza Hipólita, haciéndole creer al rey que una desconocida ardía de deseos por él, y ofreciéndole encuentros apasionados con una condición: no revelar su identidad. El rey se entregó al ciego deseo de su amante, pero luego de doce noches, descubrió que se trataba de su propia hija y la persiguió buscando su muerte. Mirra escapó, implorando la protección de los dioses que, para protegerla, la convirtieron en el árbol que se conoce como “ mirra “ . Se dice que cuando caen las hojas del árbol, en realidad se trata de las lágrimas de la princesa… Pero pasó el tiempo y el árbol comenzó a hincharse, y a los nueve meses, surgió un bellísimo niño: Adonis. Afrodita se sintió enternecida por el niño, lo recogió y se lo entregó a Perséfone , diosa del Hades , para que lo criara. Y Adonis creció junto con su belleza, por lo que Perséfone se enamoró de él. Afrodita quiso recuperarlo para ella, pero la diosa del Inframundo se negó. No quedó otra opción que apelar a Zeus , cuya decisión fue que Adonis viviese un tercio del año con cada una de ellas y que el resto lo pasara donde él quisiera. Adonis prefería a Afrodita y vivía junto a ella siempre que le era posible. Pasaba este bello joven su existencia dedicado a la caza en el monte Líbano , hasta que un día Ares , dios de la guerra y amante de la diosa, (otras versiones dicen que fue Apolo ), lleno de celos, se convirtió en jabalí y lo mató a cornadas. Cuando la diosa Afrodita llegó junto a Adonis , éste ya estaba agonizando. Lo tomó en sus brazos y allí donde las gotas de sangre tocaban la tierra surgía una anémona. Adonis descendió al Hades , pero Afrodita fue a ver a Zeus y le suplicó que éste no tuviese que pasar su eternidad con Perséfone en el Inframundo. Zeus decidió que lo más justo sería que Adonis pasara una mitad del año con ella y la otra mitad en el Hades , y así fue, desde entonces y para siempre…
El mito de Adonis encuentra su referente en los cambios de estación, pues su reencuentro con Afrodita marca el inicio de la primavera y el renacer de la naturaleza, mientras que su regreso al Inframundo con Perséfone da inicio al otoño y el invierno.

EL MITO DE NARCISO.

El mito de Narciso tiene varias versiones, pero se trata siempre de un hermoso joven que se enamora de sí mismo, o producto de una maldición, o por la imposibilidad de amar a otra persona. En la versión contada por Ovidio , Narciso es pretendido por varios muchachos y mujeres. Una de ellas es la ninfa Eco que, castigada por la diosa Hera , estaba condenada a hablar repitiendo las últimas palabras que oía, por lo que le costaba expresar lo que sentía. Pero un día se oculta en un bosque y cuando Narciso pasa por el lugar, la ninfa hace ruidos, y a la pregunta del joven “ ¿Hay alguien aquí? ” , ella responde “ aquí, aquí… ” . Luego se aparece ante él con los brazos abiertos en clara señal de amor, pero Narciso la rechaza y se aleja. Dolida, la ninfa Eco se recluye en una cueva hasta que desaparece, pero queda su voz, que continúa repitiendo para siempre las últimas palabras que escucha. La diosa de la venganza, Némesis , condena la actitud de Narciso haciendo que este se enamore de su propia imagen reflejada en un estanque. Así fue que el joven contempla su reflejo y no puede separarse de sí mismo, hasta que muere ahogado, atraído y ciego por su propia imagen reflejada en el agua. En otra versión, Narciso es amado por un joven llamado Aminias , quien pretende su amor y lo busca con frecuencia. Narciso, cansado y, según dicen, incapaz de amar a alguien, le envía al joven una espada con la intención que se de muerte a sí mismo, como prueba de amor. Aminias obedece a Narciso, pero lanza una maldición sobre su amado al que condena a amar a su propio reflejo. Ahí la historia se repite. Narciso se queda pasmado ante su propia imagen reflejada en el estanque de agua hasta que muere ahogado. Aunque algunos postulan que muere de sed, incapaz de alejarse de su propia imagen e incapaz también de profanar la quietud del agua, por miedo a que la visión desaparezca. Una tercera versión, un poco menos difundida, sugiere que Narciso estaba enamorado de su hermana gemela, con la que solía salir de caza. Pero un día esta muere y Narciso encuentra consuelo en su propia imagen que le recuerda a su gemela fallecida. En todos los casos, en el lugar de la muerte de Narciso, nació una flor bellísima, el narciso. La leyenda de Narciso dio origen a la expresión “ narcisismo ” que se refiere a aquellos hombres y mujeres que están más pendientes de sí mismos que de los demás. Tiene relación con la falta de altruismo y del egoísmo reinante, algo que se parece más a una enfermedad mundial, que a un simple comportamiento. Tal vez deban recordar esas personas el inevitable final de Narciso.

EL MITO DE APOLO, EL DIOS DE LAS PROFESÍAS

Según la mitología griega, Apolo (al que los romanos llamaron Febo), era fruto de la unión entre Zeus y Leto , hija de un titán. Hermano mellizo de Artemisa, diosa virgen y cazadora, era joven y apuesto y está representado por la imagen de un muchacho imberbe cuya frente está adornada con una corona de laurel y en cuyas manos se encuentra una lira (que le fue regalada por Hermes) o una cítara. Subido en el carro dorado del Sol, que era tirado por cuatro espléndidos caballos blancos, recorría el cielo. Por ello, también se le asocia, incluso se le considera, como dios del Sol. Sin embargo, pesar de su juventud, belleza y majestuosidad, Apolo no fue afortunado en el amor. El dios Apolo era un gran defensor de la música y de la poesía, y solía aparecer acompañado de las Musas, y también del deporte y de la ganadería (luego descubrirás que fue pastor en su época de destierro entre los mortales). Además, Apolo poseía el don de transmitir el don de la clarividencia a otros, y así hizo con Casandra . También se le atribuía el poder de curar, aunque fue su hijo, Asclepio , el que fue considerado como dios de la medicina . Aparte de por ser uno de los descendientes directos del gran Zeus, Apolo, dios de la profecía, es conocido por los famosos y transitados oráculos que en su nombre funcionaban en la Antigua Grecia . Oráculos como el del Delfos, que es el que más relevancia ha conseguido a lo largo de la Historia. Por cierto, se convirtió en dios de este santuario situado en las montañas del Parnaso tras matar a Pitón, serpiente temida y legendaria.
Apolo fue considerado un dios equilibrado y templado en ocasiones, pero en otras se manifestó como tiránico y despiado, como cuando convirtió a Dafne , una ninfa, en árbol, tras enamorarse de ella cuando lo alcanzó una flecha de Eros, el dios del amor. Ella lo rechazó y él la castigó de esta manera. También se cuenta que violó a Creusa , hija de Erecteo , rey de Atenas, dejándola embarazada. Tiempo después ésta abandonaría al hijo nacido, Ion, en el templo de Delfos sin que Apolo supiera que era el padre (dato curioso teniendo en cuenta su elogiado poder de clarividencia). Un suceso importante terrible en la historia de Apolo vino marcado por su progenitor, Zeus. Este ordenó a unos cíclopes que acabaran con la vida del hijo del bello dios, Asclepio, y así lo hicieron. Enterado Apolo, e inmenso en una ira descontrolada, mató a su vez a los cíclopes. Entonces Zeus intervino de nuevo y desterró a Apolo al mundo de los mortales, en donde tuvo que vivir como uno de ellos, sufriendo de todo cuanto sufrían ellos. Fue en este periodo cuando trabajó como pastor para Admeto, el por entonces rey de Tesalia, y se convirtió en defensor del ganado.

EL MITO DE CÁSTOR Y PÓLUX, LOS DIOSCUROS

Plutarco dijo un día de los Dioscuros que “ no navegan con los hombres, no comparten sus peligros, pero aparecen en el cielo y son sus salvadores ” , y es que probablemente, como Cástor y Pólux , no hay hermanos más bien avenidos ni que figuren con más leyendas después de muertos que en vida. Fueron hermanos gemelos, nacidos de la misma madre, Leda, pero de distinto padre. Cuenta la leyenda que Leda yació en la misma noche con su esposo Tindáreo, rey de Esparta, de quien engendró a Cástor y Clitemnestra, y con Zeus, con quien creó a Pólux y Helena, lo que confirió al segundo de los hermanos su carácter inmortal. Ambos nacieron de dos huevos que puso Leda, y es por eso que a los Dioscuros se les representa frecuentemente como a dos bellos jóvenes desnudos que lucen un yelmo en forma de cáscara de huevo y con una estrella adornándola.. Y puede también que sea esa fuerte unión hermana, junto con su disparidad de carácteres las que los hicieron identificarlos con la Constelación de Géminis , constituida en la realidad de dos estrellas que brillan sobre todas las demás.
Sea como sea, los Dioscuros siempre han velado por los navegantes y han sido honrados tanto en la mitología griega como en la mitología romana.
Volviendo a su historia, cuenta ésta sus enfrentamientos con los mesenios. Eran los reyes de Mesenia hijos de Afareo, hermano de Tindáreo, padre de Cástor, y por tanto, primos de los gemelos. En uno de esos enfrentamientos, en el monte Taigeto, el héroe Cástor, el mortal de los dos gemelos, cayó mortalmente herido. Roto de dolor Pólux, el inmortal, pidió a su padre Zeus la venia de que Cástor pasara un dia en el Olimpo, para luego él visitarlo en el Hades. Y así se hizo. Su leyenda se perpetuó después de su muerte, acrecentándose. Dicen que en futuras luchas entre mesenios y espartanos, se aparecieron los Dioscuros decantando la batalla del lado espartano; como también se cuenta que en la batalla de Egospótamos, contra los atenienses, un ejército muy inferior de espartanos fue capaz de derrotarlos con la ayuda de ambos hermanos. Pero es su leyenda más popular la que los liga a la futura Helena de Troya, la misma que más adelante raptara Paris, ocasionando la Guerra de Troya. Helena había sido raptada en esta ocasión por Teseo, rey ateniense. Puesta bajo la custodia de su madre, Etra, Teseo y su amigo Piritoo se dirigieron a los infiernos para raptar también a Perséfone, pues ambos habían jurado casarse con hijas de dioses. Sin embargo, aquel momento lo aprovecharon Cástor y Pólux para, con un ejército, asaltar el reino de Teseo en su ausencia. Recuperaron a helena, capturaron a Etra, madre de Teseo, y echaron del trono a su hijo, colocando como nuevo rey a Menesteo. Su importancia y la creencia en su salvaguardia llegó a ser tan importante que en Esparta el culto a los Dioscuros se popularizó, adoptándose incluso en el oráculo de Delfos, y pasando de ahí a la legendaria Roma. Allí se les consagró un templo en el Foro, y era desde sus escalinatas desde donde los senadores se dirigían al pueblo.

EL MITO DE ARGOS, LOS OJOS DEL PAVO REAL.

El mito de Argo procede de la mitología griega y ha llegado a nosotros mediante la forma latinizada Argos. Algunas fuentes indican que este imponente ser poseía cuatro ojos, dos que miraban hacia adelante y dos que lo hacían hacia atrás; otras sostienen que tenía múltiples órganos visuales dispersos por todo su cuerpo; y la versión más popular afirma que la cantidad exacta de ojos eran cien, pero no era sólo esto lo que lo hacía único, sino que mientras dormía la mitad de esos ojos permanecían despiertos lo cual le otorgaba la facultad de poder verlo todo . Obedecía las órdenes de la diosa Hera, para quien era el vigía perfecto. De todas las tareas encomendadas, dos fueron las que más han trascendido: terminar con la Equidna, monstruo con cuerpo de mujer y cola de serpiente devorador de transeúntes, y controlar a la sacerdotisa en la que Zeus , marido de Hera, había puesto toda su atención. La vigilancia de Argos era tan perfecta que el dios no podía acercarse a la deseada Io. Naturalmente, esto lo enfureció tanto que Zeus ordenó a Hermes que terminara de una vez por todas con el perfecto centinela y la vida de este llegó efectivamente a su fin. ¿Cómo fue asesinado Argos?, se preguntarán muchos de ustedes. Existen distintas versiones sobre el mismo hecho. En algunas, Hermes lo ejecuta con varias pedradas. Personalmente creo que esta es la menos creíble ya que coincide con la versión de Argos de cuatro ojos, mencionada al comienzo del artículo. En otras, Hermes, por la noche, mientras Argos descansaba. habría dormido a los ojos que permanecían en estado de alerta utilizando la flauta de Pan o su propia vara. Una vez que Argos


encontraba totalmente inmerso en un sueño inducido, lo asesinó decapitándolo. Hera al enterarse de que su esposo se encontraba detrás de la muerte de su más fiel guardián decidió vengarlo y vengarse castigando a la joven doncella Io. Luego, se acercó al cadáver de Argos , arrancó todos sus ojos y los depositó en el plumaje del pavo real para que todos los que lo vieran desplegarlo recordaran al fiel sirviente, ahora inmortal, y el injusto final que el destino le tenía reservado.
Por cierto, el cuadro que ilustra este texto es de Rubens . Podemos observar en él una de las escenas de la mitología que más conmovió al artista, el momento en el que Hera con dedicación y con ayuda de un cortejo, deposita ojo por ojo de su leal asistente en las plumas de un pavo real.

EL MITO DE CASANDRA, LA SACERDOTISA MALDITA.

El mito de Casandra siempre me ha parecido tan fascinante como dramático. Obviamente, existen diversas versiones sobre la historia de la hija de Príamo y Hécuba . En algunas posee un hermano gemelo llamado Heleno y se cuenta que para festejar el nacimiento de los niños sus padres ofrecieron una fiesta en el templo de Apolo Timbreo, ubicado en las afueras de Troya. Se marcharon por la noche olvidándose de los pequeños. Por la mañana los encontraron totalmente dormidos en el santuario mientras dos víboras los purificaban pasando sus lenguas por los “ órganos de los sentidos ” de los mismos. Los padres gritaron aterrados y los animales se retiraron. A causa de este suceso los hermanos obtuvieron el don profético . Otra versión de la leyenda, quizás la más popular, indica que Apolo se había enamorado de Casandra y le propuso un trato el cual consistía en otorgarle el don de la profecía si se entregaba a él. La joven aceptó, pero una vez iniciada en las artes de la adivinación, no cumplió con lo pactado. Entonces, el colérico y despechado dios la maldijo , en sueños le escupió en la boca, quitándole no el don de la clarividencia, sino el de la persuasión. Por ende, ella siempre sabría antes lo que iba a suceder pero no podría siquiera intentar cambiar las tragedias que azotarían a su pueblo ya que nadie le creería, ni la escucharía nunca. Por otra parte, cuenta la mitología que, cada vez que Casandra profetizaba, algo Apolo tomaba posesión de ella provocándole fuertes espasmos, como si su cuerpo no le perteneciera. Sus vaticinios fueron de gran importancia en la historia de Troya , e incluso hay especialmente tres que de ser escuchados habrían cambiado los hechos: - El primero, sucede cuando ella predice que Paris trae la ruina a la ciudad y también le salva la vida al reconocerlo como hijo de Príamo. - El segundo, acontece cuando ve a Helena, allí afirma que esta será la causa del fin de todo y de todos. - El tercero, ocurre cuando rechaza fervientemente junto con el adivino Lacoonte que el inmenso caballo de madera ingrese a la ciudad, debido a que sabía que era una trampa y el escondite perfecto de los guerreros aqueos. Por supuesto, nadie le cree y Apolo se encarga de que unas serpientes devoren al adivino, que sí poseía cierta credibilidad, y a sus hijos. Durante la batalla dentro de la ciudad de murallas impenetrables, Áyax , que luchaba junto a Héctor en esta contienda, intentó ultrajar a la sacerdotisa, la cual además se encontraba desesperada al ver tornarse realidad todo lo profetizado sin que pudiera servirle su don para evitarlo. Finalmente, cuando los aqueos se reparten el botín en el cual se incluían las mujeres del clan vencido, es entregada a Agamenón , quien se siente profundamente atraído por ella. Una versión sobre el fin de Casandra indica que al llegar con el rey a Micenas, Clitenmestra , su esposa los asesinó a ambos por celos.

EL MITO DE PIGMALIÓN Y LA ESTATUA.

¿Habéis oído alguna vez el nombre de Pigmalión ?. Quizás os suene su nombre, pero no tal vez a raíz de Las Metamorfosis de Ovidio . Es precisamente en ese libro, en uno de ellos (tantos y tantos que hubo que traducir del latín en largas tardes de verano) donde se nos relata el mito de Pigmalión , el hombre que osó enfrentarse al amor, y no querer enamorarse absolutamente de nadie. Muy seguro de ello estaba nuestro querido Pigmalión, tan seguro que, quizás enfrentándose al destino de la flecha venenosa del corazón, empezó a modelar una estatua de mujer. Convencido de no enamorarse de nadie, se encerró en su estudio, modelando y modelando aquella figura humana que nacía de sus dedos. Cansado de tantos desamores, se había prometido, jurado y archijurado no contraer jamás matrimonio. Pero, hete aquí el caso que, cuanto más modelaba aquella divina estatua, más la miraba con ojos deleitosos. A medida que iba surgiendo de sus dedos, a medida que iba impregnando de voluptuosidad la ondulación del mármol, Pigmalión sentía que en su fuero interno algo se encendía. No podía ser, ¿cómo poder enamorarse de una estatua, de una creación propia?. Así fue, al término de su obra, Pigmalión estalló de amor por aquella estatua. Sin ningún rubor, comenzó a cubrirla de besos y abrazos. La miraba y remiraba, la acosaba entre sus dedos, fijando su pudor en algún punto lejano de la estancia. La vestía y la desvestía, la imaginaba tierna, delicada, suave… Pero el mármol frío sólo le hacía aumentar más y más el deseo, junto a la desesperación. Se había enamorado perdidamente de aquella estatua. ¿Cómo podía ser cierto?, ¿cómo poder sentir el cuerpo frío y terso de la piedra sobre su cuerpo?. Intentaba darle calor con sus besos, sentido a aquella promiscuidad irónica del destino. Pero su amor jamás podría traspasar aquel cuerpo inerte y frío. Quiso la suerte que la diosa Venus llegara hasta la ciudad de Amatonte, allí donde vivía Pigmalión y su adorada estatua. Llegó justo en el momento en el que un desesperado Pigmalión rogaba encarecidamente a los dioses: “ Si es verdad que tenéis tanto poder, os ruego que déis vida a esta estatua para poder casarme con ella ” . Venus quiso complacer al aclamado artista, y cuando Pigmalión volvió junto a su amada tras sus ruegos, en un sencillo beso descubrió que la piedra parecía irradiar algo de calor. Se apretó a ella, y comenzó a sentir que el frío del mármol desaparecía poco a poco. Se apartó para mirarla a los ojos, no fuera que aquella sensación sólo fuera producto de su propio calor. Pero no, aquella dureza de piedra comenzó a volverse suave, las caricias ya no aterrizaban en un destino frío y áspero, sino en un aposento dulce y tierno. Tras dar las gracias encarecidamente a los dioses, Pigmalión encendió su deseo, y poseyó a la estatua, convertida ahora en una delicada mujer, con la que el artista se desposó. De aquella unión entre el artista y su estatua nació, al noveno mes, Pafos , la delicada criatura que daría nombre a una de las islas griegas más hermosas.

EL MITO DE PERSÉFONE, DIOSA DE LA PRIMAVERA

Ahora que se acerca la primavera, es propio que hablemos del mito de Perséfone . Esta bella joven era hija de Zeus y de Deméter , diosa de la fertilidad, el trigo y las cosechas. Nada hacía presagiar que esta sencilla chica fuera a convertirse en parte integrante del ciclo de las estaciones. Cuenta la mitología griega que un día Perséfone estaba tranquilamente recogiendo flores en compañía de sus amigas las ninfas y de las hermanas de su padre, Artemisa y Atenea. Cuando, de pronto, justo en el instante en el que se iba a hacer con un lirio, la tierra se abrió con una enorme grieta, de la que emergió Hades , hermano de Zeus y dios de los Infiernos, llevándose consigo a Perséfone. Los mitos griegos siempre han sido muy suspicaces a la hora de valorar que el rapto de la joven se llevó a cabo con la complicidad de Zeus, sobre todo por el hecho de que allí también estuvieran sus hermanas y no pasara nada. Sin embargo, su madre Deméter, comenzó a vagar triste en busca de su hija, y al ser la diosa de la cosecha, la tierra se volvió estéril con la pena de la divinidad. Tuvo que ser que se le ablandara el corazón al “ bueno ” de Zeus, quien, viendo así a su mujer, optó por pedirle a Hades que devolviera a la joven. Sin embargo Hades, listo como pocos, no en vano es señor de los Infiernos, le había dado de comer a Perséfone un grano de granada, y todo aquel que probara un bocado de cualquier cosa en el Infierno, quedaba para siempre obligado a permanecer allí. Zeus quiso que este tinglado se resolviera de alguna manera, pues no podía ver a su mujer Deméter penar de esa manera por la tierra, dejando estéril todo lo que estuviera a su paso. Y hete aquí que acordó con Hades que Perséfone pasara parte del año con él en los Infiernos, y parte en la tierra con su madre Deméter. Tuvo que convenirle el plan también a Hades, que aceptó, y desde entonces Perséfone pasa una parte del año con su madre Deméter sobre la tierra, y otro tanto del año en el Infierno con Hades. Este es el origen de la primavera para la mitología griega . El tiempo que Perséfone pasa en la tierra es tiempo de alegría para las flores, que renacen y se abren con esplendor y vivos colores. Sin embargo, cuando Perséfone vuelve al Hades, se entristecen y se cubren con la nieve y el frío del invierno. Hay que decir también que Perséfone es, para los latinos, Proserpina.

EL MITO DEL TALÓN DE AQUILES.

El niño va a ser hermoso, el más hermoso de todos los griegos. El niño va a ser el más rápido, va a ser un guerrero heroico, será varios libros y muchas más películas. Es hijo del rey Peleo y la ninfa Tetis , ambos mortales. Poseidón y Zeus debaten largamente sobre este nacimiento, este niño será más grande que su padre, será hijo de dioses, será inmortal. Tetis es acaso vanidosa. Sostiene al niño de su tobillo y lo sumerge en el río Estigia, quiere que su hijo sea inmortal o tal vez no sea más que un bautismo; en ambos casos Tetis quiere que Aquiles sea hijo de dios. Se supone que los dioses van a protegerlo. Tetis sumerge al niño para hacerlo invulnerable pero la mano que sujeta el tobillo está marcando su muerte. Quizás Tetis debería haberlo soltado y tal vez Aquiles hubiese muerto para nosotros pero no para ella. La inmortalidad que quiso en el niño era para ella pero se lo ha entregado a los dioses. Y los dioses son despiadados, entienden de todo menos de flaquezas. Aquiles es inmortal pero persigue la muerte a cada instante. Aquiles es el más rápido de todos los griegos y esquiva la muerte en cada batalla. Aquiles es inmortal pero lleva un escudo, es inmortal pero una flecha envenenada en su talón y Aquiles se muere. Aquiles no existe. Aquiles es inmortal pero murió en la guerra de Troya . Aquiles está muerto pero arde Troya . Conocemos el mito pero no la realidad. Los que mueren viven pero la verdad es olvido. Tetis llora desconsolada, el rey en silencioso luto pierde la mirada en un trágico bufón. Ningún padre debería enterrar a su hijo. Tetis mira sus manos mojadas y levanta la vista al cielo, maldice a los dioses en nombre de los que bendijo a su hijo. La historia no puede volver a escribirse. La tragedia griega no se termina. Tetis moja con lágrimas el talón que antes mantuvo seco con su mano, el hombre más rápido de Grecia ya no se mueve. Alguien pide una señal de los dioses pero los dioses sólo saben escuchar la gloria.

EL MITO DE LAS SIRENAS.

Las sirenas han sido personajes famosos de la mitología por ser mujeres hermosas que seducen a los hombres con sus hermosas voces para guiarlos a su perdición. Pero originariamente en la mitología griega, las sirenas eran mujeres con cuerpo de pájaro parecidas a las arpías. Hijas del dios río Aquelloo y de la musa de la poesía Calíope, se comenta que eran tres, cinco y hasta ocho. Como seres fabulosos de las narraciones fantásticas de la literatura occidental, la función de las sirenas ha variado con el paso del tiempo, al igual que su representación. Generalmente se las describe como bellas mujeres con cola de pez que hechizan con sus cantos, aunque anteriormente se las describía con alas. Según la leyenda, eran fieles compañeras de Perséfone, pero cuando ésta fue raptada por Hades, no pudieron salvarla y como castigo la diosa Deméter, madre de Perséfone, las convirtió en estas criaturas híbridas por no haber cuidado bien de su hija. Las sirenas vivían en la isla de Artemisa, donde descansaban los restos de los marineros que habían sido atraídos por sus cantos, los cuales anunciaban engañosamente los placeres del mundo subterráneo. La literatura les confirió un lugar especial, comenzando con la leyenda de Jasón y los Argonautas , quienes pudieron eludir el engaño de las sirenas gracias a la habilidad de Orfeo. Éste logró cubrir la melodía con su propio canto y así distraer a los Argonautas. Por otro lado, en la Odisea de Homero, Ulises tapó los oídos de toda su tripulación con cera y se hizo atar a un mástil para no poder arrojarse a las aguas al oír su música. Él sabía que si un hombre era capaz de oírlas sin sentirse atraído por ellas, una de las sirenas debería morir. Y luego de deleitarse con sus peligrosos cantos, una de las sirenas tuvo que perecer y ésta fue la sirena llamada Parténope . Las olas lanzaron su cuerpo inerte hasta la playa y allí fue enterrada con múltiples honores en un sepulcro que luego devino en un templo y que, a su vez, luego se convirtió en pueblo que llevaba su nombre. Hoy ese pueblo es la próspera ciudad de Nápoles, llamada antiguamente Parténope.

EL MITO DE ORFEO Y EURÍDICE

Orfeo , hijo de Apolo (y nieto de Zeus) y de Calíope , musa de la poesía épica y de la elocuencia, poseía el don de la música y de la poesía. Enamorado perdidamente de Eurídice , una ninfa de los valles de Tracia, la convierte felizmente en su esposa. Pero un nefasto día, tratando ella de huir de Aristeo , hijo de Apolo y que pretendía poseerla, pisó una serpiente venenosa y, mordida por ésta, murió. La pena invadió entonces a Orfeo, y llorando desconsoladamente a las orillas del río Estrimón , entonó canciones tan tristes que todos los dioses y todas las ninfas le incitaron a descender al inframundo, donde, con la ayuda inestimable de su música, consiguió sortear mil y un peligros, conmoviendo a demonios y tormentos. Una vez hubo llegado ante Hades y Perséfone , dioses regentes del Inframundo , utilizó de nuevo su música consiguiendo convencerlos de dar a Eurídice la oportunidad de regresar al mundo de los vivos. Pero pusieron una condición: Orfeo debía caminar siempre delante de ella y no mirarla hasta que ambos hubieran llegado arriba, y los rayos del sol hubieran bañado por completo a Eurídice. El camino de regreso se hizo terriblemente largo. Orfeo se mantenía sus ojos al frente a pesar de las enormes ansias que le invadían de admirar a su amada. No se volvió ni aún cuando los peligros del Inframundo los acechaban. Ya en la superficie, Orfeo, al borde de la desesperación, giró la cabeza creyendo que todo había pasado, pero Eurídice aún tenía un pie a la sombra y, en ese preciso instante, se desvaneció en el aire, ya sin posibilidad de volver de nuevo.

EL MITO DE PROMETEO.

Cuenta la mitología griega que Prometeo, osado Titán al que gustaba provocar la ira de Zeus , llevó a éste a tal punto de cólera que terminó por quitar el fuego a los hombres. Esperaba así castigar indirectamente a Prometeo , el cual se consideraba benefactor de la humanidad. Pero Prometeo , al que gustaba presumir de astuto, entró sigilosamente en el Olimpo , robó tan preciado tesoro del carro del dios Sol y, sin perder tiempo alguno, lo devolvió a los desamparados mortales. Zeus , convencido de que debía castigar tanta burla, mandó llamar a Hefesto y le ordenó que creara una mujer hecha de arcilla. Una vez que estuvo terminada, le dió vida y la envió con Hermes , dios de los viajeros, ante Epimeteo , hermano de Prometeo . Esta mujer, llamada Pandora , y llevaba con ella una caja llena de terribles males que jamás debía de ser abierta. Prometeo intentó en vano que su hermano se alejara de cualquier cosa que proviniera de los dioses, pero Epimeteo se había enamorado perdidamente y quiso desposarla. Pandora , que había sido creada con virtudes y también con grandes defectos, abrió la caja prohibida y los males se extendieron por el mundo. Ya Zeus había conseguido vengarse de los hombres. En cuanto a Prometeo , lo mandó Zeus capturar para ser encadenado por Hefesto , dios del fuego y de los metales forjados, a un alta montaña donde, cada jornada, un águila hambrienta le devoraría el hígado. Como era inmortal, el órgano le crecía de nuevo, así que cada noche volvía tan cruel depredador a comérselo, con lo cual el sufrimiento era inimaginable y eterno.
He aquí que Heracles, que pasaba por allí rumbo al Jardín de las Hespérides , lo liberó derribando al águila con una poderosa flecha. Esta vez a Zeus le pudo más el orgullo por la hazaña de su hijo Heracles que el rencor que anidaba en su pecho, así que no persiguió más a Prometeo . Eso sí, le obligó a llevar, durante toda la eternidad, un anillo en el que se erigía un trozo de la roca a la que tan terriblemente estuvo encadenado.

EL MITO DE ARES, DIOS DE LA GUERRA.

Según cuenta la mitología griega , Ares era hijo de Zeus y Hera , por tanto dios e inmortal, y pronto se proclamó como dios de la guerra. A pesar de ser inmortal sí que sentía dolor, (sus gritos podían oírse desde el más alejado de los confines), y cuando se encontraba herido siempre buscaba el poder sanador de su padre, el gran Zeus. Sin embargo, éste lo despreciaba por su fanfarronería violenta y su sed de sangre.
Entre sus luchas a muerte, (en las que siempre se presentaba con su coraza, su escudo, su lanza, su espada y su casco), podemos citar la que concluyó con la muerte de Halirrotio , hijo de Poseidón, el cual había osado violar a Alcipe , hija de Ares, a manos de éste. Tras esta muerte se produjo el primer juicio de la historia por asesinato en el que Ares salió absuelto. Compañeros de aventuras de Ares, (Marte para la mitología romana), fueron su hermana Eris , (también conocida como Éride, la Discordia), y sus vástagos Fobos y Deimos , (Terror y Temor, hijos nacidos de la diosa Afrodita). También Enio , la conocida como “ Destructora de ciudades ” , solía acompañarlo. Padre de las Amazonas, su residencia estaba establecida en Tracia . Curiosa es la leyenda que cuenta que cierto día dos gigantes, que por cierto eran gemelos, llamados Oto y Efialtes , pretendieron hacerse con el control del Monte Olimpo y como primer paso, secuestraron a Ares y lo introdujeron encadenado en una vasija de bronce impidiéndole salir de ella durante trece largos meses. Para conseguir su liberación, la diosa Artemisa prometió yacer junto a Oto, pero entonces Efialtes se enfadó preso de la envidia y se enfrentó a su hermano. Aprovechando el momento de confusión, Artemisa se convirtió en cierva para escapar y pasó entre los dos… Los hermanos le lanzaron sus lanzas afiladas para cazarla y terminaron matándose el uno al otro. En otra ocasión, mientras Ares copulaba con Afrodita , (con quien engendró también a Eros), el dios de la guerra encomendó al inexperto Alectrión la guarda y custodia de la puerta para que nada ni nadie entrase, pero he aquí que éste se durmió en la guardia y Helios, el dios Sol , se coló en la estancia. Desde entonces, Alectrión , al que Ares convirtió en gallo, canta cada mañana cuando el sol aparece por el horizonte. Ares, dios Olímpico, no es recordado precisamente por sus hazañas, como se puede ver, sino más bien por su ansia eternamente insatisfecha de violencia y muerte y por lo mal parado, herido y humillado que solía terminar en las trifulcas en las que se metía.

EL MITO DEL MINOTAURO

Los hijos del Rey Minos , uno de los descendientes de Europa y Zeus, fueron, (según cuenta la mitología), Ariadna, Fedra, Glauco, Catreo y Androgeo. Era precisamente este último el favorito del monarca puesto que era un joven atleta capaz de vencer a cualquier rival que se le opusiera. Así pues, de entre los hijos que tuvo junto a Pasifae, Androgeo era su predilecto. Pero la desgracia llegó a la corte del Rey Minos cuando, tras unos importantes juegos en honor a la diosa Atenea, diosa de la sabiduría, Andrógeno, que resultó vencedor, cayó muerto bajo la ira del pueblo de Atenas que no pudo soportar su victoria, (otra versión cuenta que murió bajo la fiereza del Toro de Maratón ). Cuando Minos se enteró de esta terrible noticia, la furia y el dolor se apoderaron de él y juró vengarse de todo ateniense que hubiera sobre la faz de la Tierra. Y lo primero que ordenó a su ejército fue partir hacia la ciudad y ponerla bajo su control a cualquier precio. Y así fue… Posteriormente, y en uso de su nuevo poder, estableció una serie de terribles leyes para Atenas, entre las cuales destacaba por su crueldad la de que anualmente, y por un periodo de nueve años, siete jóvenes varones y siete jóvenes doncellas debían ser enviadas hasta Creta para ser introducidas en el laberinto situado en Knossos del que resultaba imposible salir y en el cual eran ofrecidos para morir devorados por un ser que era mitad humano y mitad toro, temible Minotauro, nacido de la unión entre Pasifae y un toro blanco, (esta vez Zeus también tuvo algo que ver, pero ya no era él transformado en bestia como cuando raptó a Europa). Pero ocurrió que, transcurridos tres años, el joven Teseo , que era hijo del por entonces Rey de Atenas Egeo, sintió que debía de hacer algo al respecto y que tenía que poner fin a tanta crueldad sobre su pueblo. Entonces se ofreció voluntario para entrar en el laberinto, esperando así darle muerte y liberar a cualquier ateniense que se encontrase aún en su interior. Cuenta la leyenda que incluso el propio Minos intentó convencerlo habida cuenta de que pertenecía a la nobleza, pero finalmente tuvo que ceder. Ariadna , hija de Minos, impresionada por el porte y el valor de Teseo, se propuso ayudarlo. Aprovechando un momento en que se encontraban a salvo de ojos y oídos ajenos, la joven puso en la mano del aguerrido príncipe un ovillo de hilo de oro y un puñal y, pidiéndolo que llevara ambos objetos ocultos bajo sus ropajes, le rogó que los utilizara y que confiara en ella.
Y así lo hizo Teseo. Entró en el laberinto y caminó despacio mientras con cuidado desenrollaba el hilo que le había entregado la bella Ariadna, y que se encontraba sosteniéndolo desde el exterior. Cuando se encontró ante el Minotauro se enfrentó a semejante bestia valerosamente, y, empuñando el arma que llevaba escondida, consiguió darle muerte. Luego no tuvo sino que enrollar de nuevo el hilo y desandar lo que llevaba caminado. Después de liberar a los atenienses que aún quedaban con vida dentro del laberinto, salió de él como vencedor. Ya sólo le quedaba regresar a Atenas . Y debía hacerlo, ya que había vencido, desplegando las velas blancas de su embarcación, tal y cómo le había pedido Egeo , su padre…